Estados Unidos y otros 97 países realizaron una declaración conjunta este domingo en la que aseguraron que continuarán recibiendo a quienes huyan de Afganistán, después de que el Ejército estadounidense deje definitivamente el territorio la próxima semana, por lo que además se informó que lograron un acuerdo con los talibanes para permitir el paso seguro de los afganos que busquen abandonar el país.
De acuerdo con The New York Times, el jefe negociador de los talibanes, Sher Mohammed Abas Stanekzai, anunció el pasado viernes que el grupo no impediría que las personas se vayan después del 31 de agosto, sin importar su nacionalidad o si hubieran trabajado para Estados Unidos durante la guerra de 20 años.
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La declaración conjunta, emitida este domingo en nombre de más de la mitad de los gobiernos del mundo y de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), explica que se han “recibido garantías de los talibanes” de que las personas con documentos de viaje que demuestren que tienen derecho a entrar en cualquiera de esos países pueden hacerlo sin peligro.
Los países firmantes también se comprometieron a "seguir emitiendo documentación de viaje a los afganos designados" y celebraron la "clara expectativa y compromiso por parte de los talibanes" para garantizar su salida de forma segura.
“Tomamos nota de las declaraciones públicas de los talibanes que confirman este entendimiento”, se indicó.
Rusia y China, dos miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, son dos de los países que no firmaron en el compromiso de ayudar a los talibanes a reconstruir Afganistán.
La declaración no advirtió de ninguna consecuencia si los talibanes incumplen el acuerdo, aunque un alto funcionario del Departamento de Estado dijo que estaba destinado a transmitir un mensaje implícito sobre incentivos, es decir, ayuda extranjera al gobierno, que la comunidad internacional utilizaría para hacer cumplir el acuerdo.
El principal enviado estadounidense para las conversaciones de paz con los talibanes, Zalmay Khalilzad, tuiteó el sábado que las garantías de los talibanes eran “positivas” y que “nosotros, nuestros aliados y la comunidad internacional mantendremos estos compromisos”.
Lo anterior contrasta con las decenas de miles de afganos que, según las agencias de ayuda humanitaria, temían quedarse atrás y vivir bajo el régimen de los talibanes. Eso incluye a aquellos que trabajaron para el Ejército o embajada estadounidenses desde 2001 y eran elegibles para migrar a los Estados Unidos.
Se creía que decenas de miles de afganos que habían trabajado para Estados Unidos se encontraban entre las más de 114 mil 400 personas desalojadas del país a través del aeropuerto internacional de Kabul, la capital, desde el pasado agosto 14 de agosto. La cifra también incluye a 5 mil 400 ciudadanos estadounidenses, la mayoría de los cuales tienen pasaportes estadounidenses y afganos. El alto funcionario del Departamento de Estado dijo el domingo que desde entonces se ha puesto a salvo a decenas más.
El Departamento de Estado dijo que 350 estadounidenses adicionales aún estaban esperando ser desalojados hasta el sábado y estimó que otros 280 afirmaron tener la ciudadanía estadounidense.
La declaración conjunta del domingo fue la última de una serie de movimientos diplomáticos para obligar a los talibanes a perseguir a los terroristas, defender los derechos humanos y formar un gobierno inclusivo después de que sus combatientes tomaron el poder de los líderes del país. Es un cambio notable e incómodo para Estados Unidos y sus aliados más cercanos, que invadieron Afganistán después de los ataques del 11 de septiembre de 2001, y consideraba a los talibanes como un enemigo.