EFE.- Mañana inicia la cumbre de dos días del G20 en la que se reunirán los ministros de Finanzas y banqueros centrales de los países que conforman el grupo para hablar sobre el impuesto global mínimo que ya se ha manejado como de un 15% a las empresas internacionales.
Además, se tratará el cómo ayudar a los países pobres y de ingresos medios a recuperarse de la crisis de la pandemia del coronavirus, en la que han quedado rezagados por la falta de vacunas y no han podido subirse a la tendencia de recuperación global.
Puedes leer: OMS alerta que las variantes del coronavirus le están "ganando la carrera" a las vacunas
Se espera que los ministros y banqueros respalden el mecanismo consensuado a principios de julio por 130 países y jurisdicciones de los 139 que forman parte del llamado marco inclusivo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) para aplicar las tasas impositivas y nuevas reglas fiscales a las multinacionales.
Este sistema se sustenta en dos pilares: el primero se centra en el modo de asignar un porcentaje de los beneficios de las empresas, en particular de las digitales, a ciertas jurisdicciones para que paguen impuestos donde operan aunque no tengan presencia física, y el segundo, en aplicar un tipo mínimo del impuesto de sociedades de, al menos, el 15 % a las empresas con una facturación de al menos 750 millones de euros.
Este instrumento pretende evitar que las empresas trasladen sus beneficios a paraísos fiscales o jurisdicciones con legislaciones más laxas.
Fuentes de la presidencia italiana han asegurado que en estos dos días en Venecia se debatirá sobre qué porcentaje mínimo efectivo establecer con la intención de avanzar en las negociaciones y completarlas en la cumbre de líderes del G20 de octubre en Roma.
Lo harán ante las preocupaciones mostradas por algunos países, como Argentina, que piden que la cifra mínima sea más ambiciosa, pero también hay que tener en cuenta las reticencias de otros, como Irlanda, que habitualmente atraen a empresas internacionales por sus ventajas fiscales.
El G20 en Venecia buscará sumar apoyos para que el acuerdo entre en vigor lo antes posible, preferiblemente antes de 2023, y cuando esto ocurra los países que hayan adoptado de forma unilateral gravámenes similares deberán eliminarlos, dijeron las mismas fuentes.
Te puede interesar: 130 países se suman a iniciativa para que multinacionales paguen impuestos en donde se instalen
Aumento de crédito
Los ministros y gobernadores de los bancos centrales también hablarán de la situación económica global, de la recuperación desigual de los países tras la crisis de la pandemia y de la necesidad de que los más desarrollados realicen un esfuerzo con los más vulnerables, por ejemplo, financiando sus campañas de vacunación o dándoles otros apoyos monetarios.
En este sentido, conversarán sobre la posibilidad de que el Fondo Monetario Internacional (FMI) aumente sus reservas y capacidad de crédito con una nueva emisión de derechos especiales de giro (DEG), su instrumento monetario, para respaldar a los países con mayores dificultades.
El ministro francés de Finanzas, Bruno Le Maire, señaló recientemente con motivo de la reunión en Venecia que “la primera responsabilidad del G20 es evitar la gran divergencia entre los países desarrollados y los países en desarrollo“, y que será fundamental el esfuerzo para que 100 mil millones de los DEG del FMI se dediquen a los países en desarrollo.
También se pondrá sobre la mesa el llamado “Marco común para el Tratamiento de la Deuda”, iniciativa impulsada por el G20 el pasado año y que contempla la reducción de las cargas de la deuda para los países con mayores dificultades, para dialogar sobre si ampliarlo a los que tienen ingresos medios.
Inclusión financiera y sustentable
Por último, se abordará la cuestión del cambio climático y cómo las finanzas pueden ser sostenibles y proteger el medio ambiente.
El mundo evoluciona hacia un futuro tecnológico y la meta de los ministros de Finanzas y banqueros del G20 será favorecer políticas que fomenten la productividad y la inversión en digitalización y en infraestructuras de calidad, con un modelo inclusivo que no deje a nadie atrás.