Reuters.- Nuevas cifras muestran que la prevalencia mundial de la diabetes ha aumentado un 16% en los últimos dos años, y se estima que 537 millones de adultos (de 20 a 79 años de edad) viven con esta enfermedad crónica.
Durante este mismo período, la pandemia de Covid nos ha impedido hacer algunas de las cosas que pueden ayudar a prevenir y controlar la diabetes. Un ejemplo particularmente preocupante es el aumento del comportamiento sedentario, que ya se encontraba en niveles peligrosos antes de la Covid. Algunas estimaciones indican que la pandemia agregó un promedio de tres horas al tiempo que permanecemos sentados cada día.
Reducir el tiempo que se pasan sentado es un buen punto de partida para ayudar a las personas con diabetes, prediabetes y otras afecciones crónicas a alcanzar niveles más saludables de actividad física.
Los datos del décimo Atlas de la Diabetes de la Federación Internacional de Diabetes muestran que aproximadamente el 10% de la población mundial de entre 20 y 79 años vive ahora con diabetes, y se prevé que la prevalencia de esta enfermedad aumente de manera constante hasta unos 784 millones de adultos para 2045.
La mayoría de las personas con diabetes viven con el tipo 2, una afección crónica que afecta la forma en que el cuerpo procesa el azúcar en sangre (glucosa). En la diabetes tipo 2, las fluctuaciones repetidas en los niveles de glucosa en sangre eventualmente significan que el cuerpo no responde adecuadamente con la insulina, la hormona que permite que la glucosa pase de la sangre a las células.
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Esto puede llevar a complicaciones comunes de la diabetes, como ceguera, daño a los nervios, enfermedad cardíaca y enfermedad renal. Informes recientes apuntan a una gama aún más amplia de consecuencias, como un mayor riesgo de enfermedad hepática, demencia, depresión y algunos cánceres.
Las investigaciones destacan el movimiento regular como una forma clave de ayudar a controlar la diabetes y de prevenir complicaciones. Moverse eficazmente mejora el control de la glucosa, la presión arterial, la salud vascular y la memoria.
Reducir el tiempo de estar sentado es un buen “primer paso” porque parece más alcanzable para muchos y menos abrumador que un nuevo régimen de ejercicio, especialmente para las personas que han estado muy inactivas o que viven con una enfermedad crónica.
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Estrategias simples de estilo de vida para reducir el tiempo sentado y reemplazarlo por estar de pie o, mejor aún, una actividad física ligera mejoran el metabolismo, y para las personas con diabetes tipo 2 pueden prevenir y ayudar a “absorber” el aumento de los niveles de glucosa en sangre si no se produce insulina adecuadamente.
Dejar de estar sentado con solo dos o tres minutos de caminata cada hora puede marcar la diferencia en el control de la glucosa en comparación con estar sentado de manera prolongada e ininterrumpida. Y la evidencia científica muestra que dedicar más tiempo a actividades livianas todos los días, como las tareas del hogar, jugar con mascotas o trabajos livianos en el jardín, puede proporcionar un mayor control del azúcar en la sangre durante 24 horas que los entrenamientos estructurados.
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