Un día después de haber sido acusado de “narcovocero del gobierno de Morena” con manta incluida, el legislador Arturo Ávila Anaya subió a tribuna a responder al “diminuto diputado” como se refirió al priista, Carlos Eduardo Gutiérrez Mancilla.

“Sólo hasta que llegamos nosotros, logramos pacificar el desastre que nos dejaron ustedes”, afirmaba Arturo Ávila cuando Raúl Bolaños-Cacho, diputado del Partido Verde, preguntó al orador sobre los señalamientos “de tráfico de armas, de ser el narcovocero” del legislador del tricolor. 

El diputado Ávila Anaya aseguró que “nunca he vendido armas, la empresa que tuve siempre se dedicó a proteger vidas en la fabricación de vehículos militares blindados”.

Luego de ver cómo se pusieron de acuerdo de manera previa entre curules Ávila y Bolaños-Cacho, el diputado del Partido Revolucionario Institucional (PRI) Emilio Suárez Licona afirmó que “después del montaje-respuesta que acabamos de experimentar. Hay que recordar que mi partido es el de las instituciones”. 

“El contenido de este dictamen implica el reconocimiento tácito que el proceder y la narrativa de la administración anterior en materia de seguridad fueron un absoluto fracaso”, indicó.

Ávila Anaya afirmó primero que “la tarde de ayer un joven legislador, a quien no voy a juzgar porque no es culpable de haber vivido una historia de corrupción que el Partido Revolucionario Institucional representa”.

Aunque después de subrayar la ausencia del priista Gutiérrez Mancilla, se refirió a él sin rubor como “este diminuto diputado que me aludió ayer, no sólo forma parte del basurero de la historia, nació en el basurero de la historia con ustedes”.

Los priistas reaccionaron desde sus curules con gritos “¡huachicolero¡, ¡narcovocero!, ¡narcodiputados!”, en lo que representó el segundo día de intercambio de insultos entre Morena, PT y PRI. 

Más tarde, cuando se le preguntó a Ávila Anaya por qué no estuvo el martes en el pleno, respondió en entrevista con medios que era “una sesión semipresencial y acudí a una reunión con la presidenta del partido, Luisa María Alcalde”. 

Molestos por los adjetivos que dirigió el vocero de Morena, los priistas llamaron a Gutiérrez Mancilla para sacarlo de un foro de jóvenes del tricolor para que volviera a subir a la tribuna a dar su respuesta al morenista Arturo Ávila. 

“Ya llegó por quien lloraban, compañeros”, inició el priista. “Se me acusó de ser un joven utilizado, se me llamó diminuto, se me llamó porro, se me descalificó por atreverme a cuestionar al poder”. 

Gutiérrez Mancilla cuestionó a Arturo Ávila, quien desapareció del salón de sesiones: “tú crees que a mí me mandan porque tú, a mi edad, no llegabas ni a cargar maletas del exgobernador Carlos Lozano”.

“Lo que sí eras a mi edad, era un junior que trabajaba en la empresa de su papá, en Share y Asociados, empresa que, por cierto, como bien dijo el diputado anterior, tuvo un contrato en 2013 por vender el programa de espionaje Galileo”, dijo el priista que en agosto cumplirá 31 años.

Mientras, el coordinador del PRI, Rubén Moreira, y otros diputados del tricolor buscaban con la mirada a Arturo Ávila, quien no regresó al pleno, pero el orador se siguió como si tuviera enfrente al vocero morenista. 
“Tú no eres empresario, los empresarios son aquellos mexicanos de bien que se levantan todos los días a sacar adelante a sus empresas de manera lícita. Tú lo que eres es un traficante, un traficante de influencias y un lamesuelas de los gobernadores y de los gobiernos”, soltó.

Antes de bajarse de la tribuna, Gutiérrez Mancilla se refirió al altercado que tuvo con la diputada del PT, Ana Karina Rojo, en la sesión anterior, cuando los priistas intentaron cubrir con su manta la de los petistas que felicitaron a la presidenta Claudia Sheinbaum, por su cumpleaños.

“Ella dijo que yo la había empujado, por eso aquí les digo que ayer le comenté que si era verdad yo renunciaba a mi curul, pero que, si era mentira, ella renunciara y aquí está la prueba”, dijo cuando presentó el video en la tribuna. Además, solicitó transmitirlo en las pantallas gigantes del pleno, por lo que Sergio Gutiérrez Luna, presidente de la Cámara, pidió tiempo para consultarlo con servicios parlamentarios. 

La petista Ana Karina Rojo reclamó al diputado del PRI, a quien consideró “un porro y un violentador, y esto se tiene que pagar. Aquí están los videos y hay muchas compañeras que lo tienen. Y de mi cuenta corre que vas a ser sancionado”.

Como si el señalamiento de la diputada Rojo fuera un llamado a la batalla, arreciaron los gritos de un lado y de otro, por lo que el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Gutiérrez Luna, pidió “calma en la asamblea, calma, calma. Serenidad, serenidad, serenidad, serenidad, calma. Respiren profundo, respiren profundo, todos”.

El priista Erubiel Alonso subió a la tribuna a felicitar a Gutiérrez Mancilla para luego aclarar que “los diputados de este lado, nos gritan porros, nos dicen porros, pero escuchen muy bien, incendiarios y porros. Pero nunca nos pueden decir narcotraficantes como ustedes compañeros”.

“¡Eso, eso a nosotros no nos lo pueden decir! ¡Eso, a nosotros no nos lo pueden decir!. El día de hoy compañeras y compañeros, la fiscal de los Estados Unidos incluye a México en la lista de países adversarios extranjeros”, subrayó.

La convocatoria zen del presidente de la Cámara de Diputados no concientizó a la asamblea, porque más tarde, cuando Gutiérrez Mancilla regresó a la tribuna, la diputada del PT, Lilia Aguilar, se levantó de su curul y comenzó a gritar una y otra vez, “¡violentador!, ¡violentador!, ¡violentador!”, hasta que el priista concluyó su intervención.  

Gutiérrez Luna dejó su curul en la presidencia de la mesa directiva para ponerse en modo árbitro y hablar por separado con la diputada Lilia Aguilar y otros petistas, luego se acercó con la bancada del PRI para seguir la discusión del dictamen de la Ley del Sistema nacional de Investigación e Inteligencia en materia de Seguridad Pública.