El parque Cuitláhuac de Iztapalapa lejos está de ser el “Chapultepec al oriente de la Ciudad de México” que proyectaban y presumían las autoridades capitalinas que se convertiría con el paso de los años.
Abandonado, lleno de basura, sin mantenimiento ni vigilancia adecuada y con mobiliario deteriorado y vandalizado, así es como luce hoy este parque de 145 hectáreas y en el que el gobierno de la ciudad ha invertido casi 500 millones de pesos en los últimos años.
La mayoría de las puertas de acceso se mantienen cerradas y gran parte de las áreas que fueron construidas, como las albercas y chapoteaderos, la pista de go-karts, la tirolesa y el centro holístico, están en desuso.
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El 1 de agosto de 2019, Claudia Sheinbaum y Clara Brugada, entonces jefa de gobierno y alcaldesa de Iztapalapa, respectivamente, anunciaron una inversión de 250 millones de pesos cada año para así convertir este parque “en un bosque maravilloso”.
En un recorrido hecho por Latinus el pasado 30 de enero se pudo corroborar que este espacio recreativo para la población del oriente de la ciudad, también llamado “Parque del Pueblo”, se encuentra en el total abandono.
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