Como si fuera un acto de campaña más, Morena y aliados mostraron músculo en la Cámara de Diputados para silenciar a una oposición que, legislatura a legislatura, tiene menos curules desde que la 4T gobierna el país.
La "aplanadora" comenzó a funcionar desde las 8:00 de la mañana de este jueves, para rendir protesta como diputados, con una sobrerrepresentación avalada por los organismos electorales.
Te podría interesar
Uno a uno, los 364 diputados que tienen Morena y aliados ocuparon la mayoría de los cajones del estacionamiento de basamento, con un alto porcentaje de vehículos cuyo valor va del millón a los 2 millones de pesos, algunos con chofer y asistente.
Personal de la Cámara de Diputados tuvo que recurrir al pago de 30 y hasta 50 pesos por dejar sus autos en las inmediaciones del recinto legislativo de San Lázaro, ya que otros estacionamientos fueron habilitados para invitados y familiares de los nuevos legisladores.
El líder sindical Pedro Haces, diputado de Morena, fue de los primeros en llegar y ser acompañado por un grupo de colaboradores hasta el pleno con material de grabación para dejar testimonio de su presencia.
La saturación provocada por la 4T se dio en el trámite para recibir su celular, en la explanada principal, el restaurante e incluso el pleno, espacios que usaron para tomarse fotos, selfies y videos.
“¿Y sí les dejaron curules?”, preguntó un reportero a Héctor Saúl Téllez, diputado del Partido Acción Nacional, quien se reelige; sin dudarlo respondió que allí estará su bancada de 71 legisladores como “la resistencia”.
Asesores con o sin trabajo, estos con su CV bajo el brazo, caminaban alrededor de los diputados de Morena, aliados y de otras bancadas para tratar de hacerse indispensables hasta en el salón de sesiones para ir por un refresco, agua embotellada o algo de comer a media sesión cuando estaban por rendir protesta.
Antes del inicio de los trabajos legislativos, donde Ifigenia Martínez fue designada presidenta de la Cámara de Diputados, lo que permitirá que ponga la banda presidencial a Claudia Sheinbaum el 1 de octubre, Ricardo Monreal Ávila recorría inquieto los edificios del recinto.
Cuando atravesó la explanada, lo acompañó un nutrido grupo de personas, incluso más que las que juntaba en sus mítines como una de las "corcholatas" que buscaba la candidatura presidencial de Morena.
Subió al primer piso del edificio B donde hasta hace unos días Ignacio Mier Velazco tenía su oficina, saludó a una secretaria y un asistente que esperaban su arribo, pero decidió recorrer ese nivel en el pasillo en forma de O y meterse resignado al lugar que ocupó el poblano.
Ante la austeridad y medidas reducidas de las oficinas que ocupó Mier Velazco, hace unos días circuló la versión de que Monreal quería sacar a los diputados del Partido Revolucionario Institucional (PRI) de áreas construidas hace 20 años por instrucción de la entonces diputada Elba Esther Gordillo.
Dichos espacios han recibido puntuales remodelaciones y mantenimiento, pero el zacatecano lo negó este jueves.
Como cuando burlaba rivales, Cuauhtémoc Blanco, exfutbolista y exgobernador de Morelos, se abrió paso en el pleno entre varias personas, pero ahora en cámara lenta, para enfilarse hacia el sanitario sin detenerse a dar entrevistas.
Al término de la sesión, el examericanista saludó a algunos de sus compañeros de bancada, como Olga Sánchez Cordero, le dio un beso fugaz y volvió a fijar la mirada en la salida principal, como buscaba antes la portería rival, esta vez con el celular en el oído para simular una llamada.
Al que varios morenistas esquivaron fue a un sonriente Ricardo Mejía, quien fue subsecretario hasta que aspiró sin éxito a la gubernatura de su natal Coahuila, ahora diputado del Partido del Trabajo, porque no perdonan que dividió a la 4T en esa entidad.
Sesión con varios ex: Claudia Ruiz Massieu, expriista ahora en Movimiento Ciudadano; Mariana Benítez, expriista en las filas de Morena, y como parte del grupo de trabajo para “planchar” la reforma judicial; Gibrán Ramírez, exmorenista, ahora en la bancada de Movimiento Ciudadano.
Ataviada con un sombrero típico de Michoacán, Guadalupe Mendoza Arias ocupa ya una curul como la única independiente, luego de hacer la travesura de ganar su distrito como parte del grupo que encabeza el exlegislador Carlos Manzo en contra Alfredo Bedolla, mandatario estatal.
Mendoza Arias es uno de los dos lunares que hay en medio del río guinda en el recinto legislativo de San Lázaro; el otro es Mónica Sandoval Hernández, diputada del Partido de la Revolución Democrática, la única sobreviviente del sol azteca en el Congreso de la Unión, hasta ahora.
A la menor provocación, ya sea por la mención de un diputado de Morena o porque se recordaron cuántos diputados suman para aprobar reformas constitucionales sin acordarse de la oposición, Morena y aliados iniciaron en el pleno, el repetido alarido de "¡Pre-si-den-ta! ¡Pre-si-den-ta!".
En respuesta, desde las curules de la oposición gritaron a una sola garganta: "¡Resistencia! ¡Resistencia! ¡Resistencia!", por lo que los legisladores de la 4T elevaron el tono con el conocido “Es un honor estar con Obrador” y otra vez replicar el "¡Presidenta! ¡Presidenta!", que dejó a los legisladores del PAN, PRI y MC como una escena de cine mudo.