Por Jaime Luis Brito/Corresponsal
Cuernavaca.- El obispo emérito de la Diócesis de Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, emitió este miércoles un comunicado, el primero desde que se reportó su desaparición el 29 de abril, en el que ofrece perdón a quienes lo agredieron y lo revictimizaron.
En el escrito difundido a través de la Conferencia del Episcopado Mexicano se observa el escudo que utilizó el prelado durante su gestión en la Diócesis de la capital de Guerrero.
Dice que después de orar y haber meditado y consultado con su familia y sus compañeros religiosos, “con todo mi corazón perdono a todas las personas que me han hecho daño por los hechos de los que he sido víctima, así como a aquellos que me han revictimizado producto de la desinformación”.
Además, señala que en ejercicio de sus derechos constitucionales “no presentaré ninguna denuncia contra las personas que tanto mal me han hecho”.
Asimismo, pidió a los medios de comunicación comprensión y respeto sobre su "decisión encaminada al bien de mi seguridad e integridad física y moral”.
Finalmente, agradece a todas las personas, a las autoridades legales y eclesiásticas que colaboran en el caso, en especial a Luis Gasca, su abogado. Además de agradecer a la grey católica en general que se solidarizó con su causa y a quienes realizan jornadas de oración por su vida y su recuperación.
El obispo Rangel Mendoza se reportó como desaparecido el lunes 29 de abril. Ese mismo día fue encontrado en una cama del Hospital General de Cuernavaca.
El fiscal Uriel Carmona sostuvo que, como una hipótesis de que lo ocurrido, el obispo fue víctima de un secuestro exprés.