Durante los últimos años, miles de palmeras han muerto en la Ciudad de México, cuyos restos continúan de pie en las calles y parques sin que sean retiradas por las autoridades, a pesar del riesgo que representa para las personas y la infraestructura de la capital.
Latinus realizó un recorrido en noviembre pasado por las alcaldías Coyoacán, Benito Juárez, Miguel Hidalgo y Cuauhtémoc, donde estas plantas se han visto más afectadas, corroborando así que las palmeras secas permanecen ahí.
En una solicitud de información realizada en 2024, la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) de la CDMX confirmó que en los últimos meses no ha firmado nuevos contratos para combatir las plagas en las palmeras ni para retirar los ejemplares muertos.
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Además, la Sedema se contradice sobre el destino de los restos de las palmeras: en su página web asegura que se trituran y entierran en fosas sanitarias; sin embargo, en una respuesta por transparencia indica que los restos son usados como abono en áreas verdes de la ciudad.
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