Hoy, Carolina Hernández aborda en su videocolumna la realidad que, desde hace tres meses, vive Sinaloa, donde un niño de 10 años presenció el asesinato a quemarropa de un hombre en una peluquería, episodio que, afirma, refleja el horror cotidiano en el estado, simboliza el impacto de una violencia desbordada que ha paralizado la vida de los sinaloenses.
La analista critica los discursos oficiales que minimizan la crisis, desde las declaraciones del gobernador Rubén Rocha Moya, quien asegura que la vida sigue con normalidad, hasta los comentarios del secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, quien insiste en que el terror durará "lo necesario".
Hernández insiste en que esta violencia debe narrarse desde las infancias atrapadas en la barbarie, como el niño en Los Mochis o aquellos que no pueden asistir a la escuela por miedo a las balas, y enfatiza que, mientras el gobierno se declara incapaz y el narco permanece indiferente, esta generación de niños y niñas enfrenta un futuro marcado por el miedo, sin respuestas ni soluciones a la vista.