Los magistrados Jeanine Otálora y Reyes Rodríguez no estuvieron presentes durante el izamiento de bandera en el edificio del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, primera actividad del 2024 para el órgano que se encargará de calificar la elección presidencial y del Congreso que se celebrará este año.
Otálora y Rodríguez representan el bando contrario al de la magistrada Mónica Soto, quien sucedió al segundo en la presidencia del Tribunal Electoral desde el 1 de enero; Soto y los magistrados Felipe de la Mata y Felipe Fuentes, promovieron el cambio en la dirección del órgano alegando que la perdieron la confianza a Reyes Mondragón.
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En la breve ceremonia, a la que acudió el personal administrativo del Tribunal Electoral, sólo estuvieron presentes Soto, De la Mata y Fuentes. Tras el acto protocolario dio inicio la sesión, en la que ya estuvo presente la magistrada Otálora.
Al comienzo de la sesión, Soto dijo que prometió respetar y hacer que se respete la Constitución y que desde la presidencia se conducirá bajo los principios de la función de los jueces: legalidad, independencia, imparcialidad, objetividad y transparencia.
La presidenta del Tribunal aludió indirectamente al enfrentamiento al interior de la institución, que comenzó después de que se reuniera con el diputado de Morena Sergio Gutiérrez Luna, representante de ese partido ante el Instituto Nacional Electoral. “Uno de los compromisos que asumo es no cesar en mi esfuerzo cotidiano para construir armonía y unidad interna“.
Luego prometió la aplicación de una política con perspectiva de género para garantizar la igualdad de condiciones entre mujeres y hombres en el ingreso y promoción a los cargos de la carrera judicial. “Esta presidencia no tolerará acto alguno de acoso o violencia que lesione la integridad física o psicológica de las mujeres que laboran en este tribunal”.
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Al final de su discurso dijo que, a 70 años de que se reconociera a las mujeres el derecho, instituciones públicas como la presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el INE, el Senado y la Cámara de Diputados, están en manos de mujeres, con lo que comienza a saldarse la deuda con el género femenino.
Cerró asegurando que el Tribunal actuará con independencia bajo su mandato: “Va en prenda mi imparcialidad y autonomía en mis decisiones, honrando la esencia de este órgano. El proceso electoral está plenamente garantizado“.