Por Fernando Miranda / Corresponsal
Santa Lucía del Camino.– En medio de críticas por la monopolización de recursos públicos, pese a tratarse de un evento organizado por un grupo empresarial privado, este sábado se inauguró la Feria Internacional del Libro de Oaxaca (FILO), que en su edición 43 recibió una inversión de 8 millones de pesos, de los cuales 65% son aportados por el gobierno morenista de Salomón Jara, y presenta 438 actividades.
La inauguración estuvo a cargo precisamente del mandatario oaxaqueño, quien durante su intervención en el acto oficial aseguró que este evento es uno de los más importantes de Latinoamérica y que es imprescindible para ello diálogo cultural del estado con el mundo, "fomentando la lectura, el intercambio de ideas entre creadores y el quehacer editorial".
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Mientras autoridades municipales, estatales y federales, incluida la subsecretaria de Desarrollo Cultural, Marina Núñez Bespalova, representante de la secretaria de Cultura federal, Alejandra Frausto, escuchaban al gobernador, un grupo de escritores, encuadernadores, e integrantes de editores independientes protestó a las afueras del Centro Cultural y de Convenciones de Oaxaca (CCO), sede de la feria desde 2018, por la monopolización de recursos públicos por la empresa Proveedora Escolar–Almadía–Fomento Ventura, propiedad de Guillermo Quijas, y a quien se le asignan los recursos para dicha feria.
Al grito de "¡Negocio privado, negocio privado, negocio privado!", los inconformes clausuraron simbólicamente el evento con una manta con las siglas de "Tianguis Autogestivo y Popular", una feria de lectura paralela que se inauguró a unos metros de la feria oficial a modo de protesta por la exclusión de los libreros independientes.
Con altavoces, leyendo poesía y regalando libros, denunciaron el uso de "dinero de los oaxaqueños" para el desarrollo de un monopolio empresarial.
"La FILO no nos representa, porque es una feria que no lucha contra la gentrificación, el racismo, sólo se trata de un negocio privado, que acapara recursos públicos", señalaron.
Los organizadores de la feria o tianguis disidente acusaron particularmente los altos costos de los stands que fijaron los organizadores de la FILO, pese a recibir recursos millonarios del gobierno estatal.
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"Un stand de tres metros por tres metros lo dieron en 17 mil pesos, cuando tienen millones de pesos presupuesto entregado por el gobierno del estado", acusaron.
En contraste, los libreros independientes denunciaron que se dedicó un sólo stand a editoriales independientes y se les limitó el número de ejemplares para venta. También criticaron la falta de apoyos a los artistas de Oaxaca.
"No somos ajenos al alcance de un producto privado ni estamos en contra de la organización, estamos en contra de los recursos públicos para una elite, cuando el sector cultural que se ocupa de la encuadernación, la difusión de escritores oaxaqueños está olvidado", expresó en la protesta el periodista y escritor Rodrigo Islas Brito.