Escrito en
MÉXICO
el
Nicolás Alvarado hace un análisis de lo que representa el reciente fallecimiento de Isabel II para el Reino Unido a partir de una analogía con dos de sus coterráneos más famosos, el ficticio agente encubierto James Bond y el escritor William Shakespeare, para ilustrar el escaso margen de acción que tenía la monarca y cómo, a pesar de ello, logró trascender de una forma que difícilmente su hijo, el rey Carlos III, podrá igualar. ¿El sistema político del Reino Unido sobrevivirá a su partida?
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