Por Montserrat Peralta e Isabella González

Cientos de mujeres marcharon este jueves en la Ciudad de México en el marco del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

A diferencia de movilizaciones pasadas, como la del 8 de marzo de este año o la del 25 de noviembre de hace dos años, en la manifestación de hoy los hechos de violencia fueron pocos, durante el recorrido y hasta el punto de llegada de la marcha se registraron esporádicos enfrentamientos entre mujeres encapuchadas y policías de la Ciudad de México, sin que se reportaran heridos de gravedad.

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Fue a las 15:00 horas cuando los contingentes de madres de víctimas de feminicidio y el de Amnistía Internacional comenzaron a congregarse en las inmediaciones del Ángel de la Independencia, en la turística avenida Reforma de la Ciudad de México.

Avanzados los minutos, poco a poco se fueron integrando más mujeres en la glorieta desde diversos puntos de la capital, pero al Ángel, no sólo las manifestantes se concentraban en el lugar, pues también arribaron decenas de policías con cascos y escudos para vigilar la marcha.

Desde el Monumento a la Revolución también llegó a la columna de Independencia un contingente de mujeres, ataviadas todas de negro, y las cuales se identificaron como "el bloque negro".

Una vez reunido un nutrido grupo de manifestantes, la marcha salió alrededor de las 16:00 horas rumbo al Zócalo. A medida que avanzaba por las calles del centro de la ciudad, la movilización se hizo todavía más grande cuando otro contingente de madres de víctimas y sobrevivientes de intento de feminicidio se integró a la movilización.

En este contingente participó Lorena Gutiérrez, madre de Fátima Quintana, víctima de feminicidio en el Estado de México. Lorena explicó que los tres agresores de su hija de 12 años se encuentran en prisión, pero uno de ellos está por salir de la cárcel porque cuando cometió el delito era menor de edad.

Por eso, dijo, se sumó a la marcha de hoy, para no olvidar y para continuar en su exigencia de acceso a la verdad y a la justicia.

Fue una marcha diversa. Por Avenida Hidalgo, dos mujeres encapuchadas caminan juntas cuando no hay gritos ni golpes. Una lleva martillo. La otra no. “Lo compartimos”, dice una y de inmediato ríen. Pero la risa se acaba cuando recuerdan por qué marchan.

"Yo marcho por las injusticias en contra de las mujeres. Muchas de nosotras fuimos abusadas cuando fuimos niñas”, dice la que carga el martillo.

“Yo marcho porque en 2018, el esposo de mi tía la mató. Mis primos que tenían 13 y 10 años se quedaron huérfanos", agrega la que no tiene el martillo.

El contingente llegó al Zócalo, donde frente al Palacio Nacional fueron colocadas vallas metálicas cubiertas con cruces color rosa que tenían frases como: "Vivas las queremos", "Ni una muerte más" y "Soy la madre", entre otras, detrás se apostó un grupo de mujeres policías para evitar que las mujeres traspasaran el cerco.

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En el Zócalo, varias mujeres subieron a contar sus historias arriba de una tarima, mientras que alrededor del asta, que esta tarde no tuvo la bandera ondeando, se reunieron varios grupos de mujeres.

A sus espaldas empezaron los estallidos y el gas verde, lanzado por los policías, comenzó a expandirse.

Pero no duró mucho porque después de un reclamo de las mismas víctimas, las mujeres encapuchadas se retiraron de la plancha del Zócalo.

“Medios de comunicación, si creen que la nota es la destrucción de una barda, están mal. La nota está aquí”, criticó una de las sobrevivientes de feminicidio.