Reuters.— Alexandre de Moraes, juez del Tribunal Supremo de Brasil, afirmó el jueves que el suicida que intentó entrar en la corte el miércoles tenía intención de volar el edificio, enmarcando el hecho en una creciente ola de atentados contra la democracia.
Las explosiones fuera del tribunal y en un aparcamiento cercano, que la policía federal calificó de atentados, aumentaron la preocupación por la seguridad días antes de la cumbre del G20 en Río de Janeiro y de la visita del presidente chino, Xi Jinping, a la capital, Brasilia.
La policía identificó al hombre que se suicidó frente a la Corte Suprema como un excandidato a concejal del partido de derecha del expresidente Jair Bolsonaro con un historial de acalorada retórica política en línea.
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Un informe policial visto por Reuters, confirmado como auténtico por personas familiarizadas con el asunto, dijo que Francisco Wanderley Luiz, de 59 años, lanzó un objeto contra el edificio de la corte que no causó daños, luego se tendió en el suelo y explotó una bomba casera que lo mató.
Los registros electorales de Brasil muestran que Luiz perdió una carrera en 2020 para el consejo de la ciudad de Rio do Sul, en el estado sureño de Santa Catarina, como miembro del derechista Partido Liberal de Bolsonaro.
Moraes, quien está entre los jueces del Supremo Tribunal Federal blanco de amenazas por supervisar las investigaciones sobre Bolsonaro y sus partidarios, dijo que Luiz pudo haber actuado solo, pero que el ataque fue el resultado de una retórica que se remonta al gobierno del exmandatario.
Calificó las explosiones como el peor ataque a la Corte Suprema desde que partidarios de Bolsonaro saquearon el edificio el año pasado.
En tanto, el director general de la Policía Federal de Brasil dijo que las pruebas encontradas en la casa del agresor apuntan a una conexión directa entre el atentado del miércoles en Brasilia y un motín del 8 de enero de 2023 contra las instituciones.
Bolsonaro se distanció de la violencia del miércoles por la noche, diciendo en las redes sociales que era un incidente aislado causado por una persona con problemas de salud mental.
La policía encontró más explosivos en una casa que Luiz alquilaba en Brasilia, que fueron detonados con un robot desactivador de bombas. Más tarde se encontró su teléfono móvil en un remolque aparcado.
Antes y después de perder las elecciones de 2022 frente a Lula, Bolsonaro sembró dudas sobre la legitimidad del sistema electoral y atacó las decisiones del Tribunal Supremo calificándolas de ilegítimas.
El máximo tribunal electoral de Brasil prohibió a Bolsonaro ocupar cargos públicos hasta 2030 debido a esa retórica, y la policía federal está investigando su papel en un supuesto complot golpista después de la votación.
Bolsonaro ha negado cualquier delito y su partido insiste en que será su candidato presidencial en 2026.