Reuters.- El gobierno de Colombia y la guerrilla izquierdista del Ejército de Liberación Nacional (ELN) firmaron el viernes un cese al fuego bilateral de seis meses dentro de la negociación de paz que mantienen para buscar la salida de ese grupo rebelde del violento conflicto armado interno.
El acuerdo de cese bilateral de hostilidades, que comenzará oficialmente el 3 de agosto, es el avance más importante alcanzado en los diálogos que reanudaron las partes en noviembre en Venezuela, como parte de los esfuerzos del presidente Gustavo Petro para lograr una paz total que ponga fin a un conflicto armado de casi seis décadas que ha dejado 450 mil muertos.
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“El 3 de agosto de 2023 iniciará la implementación plena del proceso de alistamiento del cese al fuego bilateral nacional y temporal con la aplicación en su totalidad de los protocolos y el completo funcionamiento del mecanismo de monitoreo y verificación”, dijo el canciller de Cuba, Bruno Rodríguez.
“A partir de esta fecha se empiezan a contar los 180 días de vigencia del proceso de alistamiento del cese al fuego bilateral nacional y temporal”, precisó Rodríguez al leer los términos del acuerdo entre el Gobierno de Colombia y del ELN firmado en La Habana, sede del tercer ciclo de las conversaciones de paz.
Sin embargo, de inmediato se iniciará un proceso gradual de alistamiento e implementación de los protocolos para el cese al fuego bilateral temporal, según el acuerdo.
Al acto de la firma del cese bilateral del fuego asistió el presidente Petro y el máximo comandante del grupo rebelde, Eliécer Herlinto Chamorro, más conocido por su nombre de guerra de Antonio García.
“Venimos a entregarle a Colombia (…) estas posibilidades de paz que hay aquí” dijo Petro, quien enfrenta una crisis de gobernabilidad por denuncias de supuestas irregularidades en la financiación de la campaña política que lo llevó al poder, que ha negado, y que han dificultado la aprobación de importantes reformas sociales en el Congreso.
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“El mundo de las armas y de matarnos entre todos debe cesar, sostuvo el mandatario colombiano, un economista de 63 años que perteneció a la desmovilizada guerrilla del M-19.
Por su parte, el máximo líder del ELN negó divisiones al interior de la organización insurgente y sostuvo que ese grupo representa la rebeldía armada del pueblo colombiano.
“Somos totalmente conscientes de que aún no hemos firmado acuerdos sustanciales, tan solo hemos firmado acuerdos de procedimientos que nos van a permitir avanzar en acuerdos sustanciales para que Colombia cambie”, dijo García en el acto el que se anunciaron los acuerdos.
Participación de la sociedad civil
Es la segunda vez en la historia que el grupo guerrillero pacta un cese bilateral del fuego con un gobierno. La primera vez fue en el gobierno del expresidente Juan Manuel Santos cuando se acordó una tregua de 101 días entre el 1 de octubre del 2017 y el 9 de enero del 2018.
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Sin embargo, desde que concluyó ese cese bilateral, el ELN ha declarado al menos ocho treguas unilaterales, como muestras de paz para las elecciones legislativas, presidenciales, así como por Navidad y Año Nuevo.
Las dos partes también acordaron dar participación a la sociedad civil en el proceso de paz y llevar asistencia humanitaria a las regiones de Colombia más afectadas por el conflicto armado.
México, Noruega, Venezuela, Cuba, Brasil y Chile participan como países garantes en la negociación.
El alto al fuego bilateral muestra un progreso después de un impasse que surgió cuando Petro anunció antes de Año Nuevo un acuerdo con el ELN para suspender las hostilidades, que fue negado días después por el grupo rebelde, lo que obligó a ambas partes a mantener conversaciones de emergencia en Caracas.
El ELN, que cuenta con unos 5 mil 800 integrantes, incluidos unos 2 mil 800 combatientes, es considerado como una organización terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea.
El grupo inició en Ecuador en el 2017, durante el gobierno del expresidente Juan Manuel Santos, una negociación de paz que posteriormente se trasladó a Cuba.
Pero su sucesor Iván Duque no la continuó debido a que esa guerrilla no aceptó exigencias como la suspensión de hostilidades, a lo que se sumó un ataque con un carro bomba a una academia policial en Bogotá que dejó 22 cadetes muertos en enero de 2019.
Las negociaciones de paz de anteriores gobiernos con el ELN, que es acusado de financiarse del secuestro, la extorsión, el narcotráfico y la minería ilegal, no avanzaron por sus posiciones radicales, una cadena de mando difusa y disensos entre sus filas.
El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, felicitó a las partes por al acuerdo de cese bilateral temporal y confió en que se pueda ampliar en el futuro.
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“El secretario general confía en que las partes trabajarán juntas y de buena fe con la determinación de cumplir con sus obligaciones acordadas bajo el cese al fuego y nota positivamente la intención de estas de ampliar su alcance en el futuro”, dijo una declaración.
El cuarto ciclo de la negociación de paz tendrá como sede a Venezuela, entre el 14 de agosto y el 4 de septiembre.
Petro también busca iniciar negociaciones de paz con dos disidencias de las FARC y prepara una ley para ofrecer a las bandas criminales un sometimiento a la justicia a cambio de una reducción de penas de cárcel.