EFE.- El gobierno de Nicaragua defendió este lunes los arrestos de líderes opositores, entre los que destacan cuatro aspirantes a la presidencia y dos exguerrilleros, y exigió la “no injerencia de cualquier gobierno extranjero” en sus asuntos internos.
El gobierno que preside el sandinista Daniel Ortega advirtió que verá “un ataque frontal” a su soberanía cualquier intento “de socavar una investigación” contra los líderes opositores detenidos en los últimos días.
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En un pronunciamiento titulado Nicaragua: En defensa de la soberanía nacional y el estado de derecho, el Ejecutivo nicarag\u00fcense afirmó no ser “una amenaza para ningún país del mundo” y demandó el cese de las sanciones internacionales que, en tiempos de pandemia, “eleva su ilegalidad al nivel de crimen de lesa humanidad”.
Ortega también aseveró que se está desarrollando un ataque sin precedentes en contra del gobierno de Nicaragua, el cual, dijo, es impulsado por “falsas narrativas” de los medios de comunicación y figuras de la oposición que presuntamente son financiadas por Estados Unidos.
OEA abordará la situación de Nicaragua
El mensaje se da en medio de los reiterados llamados de la comunidad internacional para frenar los arrestos de opositores en el país centroamericano, a tan sólo cinco meses de los comicios en los que Daniel Ortega busca una nueva reelección.
También suceden a un día de que el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) celebre una sesión virtual extraordinaria para “abordar la situación en Nicaragua“, a solicitud de Brasil, Canadá, Chile, Costa Rica, Estados Unidos, Paraguay y Perú.
México se sumó este lunes a la lista de países que expresaron su preocupación por las detenciones perpetradas en Nicaragua contra líderes opositores y disidentes sandinistas.
“México ha seguido con preocupación las recientes acciones desplegadas por el gobierno de Nicaragua. México, con estricto respeto a su política de no intervención y autodeterminación de los pueblos”, expresó la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) en Twitter.
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Advierte a gobiernos de “ataque frontral”
La policía de Nicaragua, encabezada por Francisco Díaz, consuegro del presidente Ortega, arrestó este fin de semana a seis disidentes sandinistas, incluidos los exguerrilleros Dora María Téllez y Hugo Torres, así como al exvicecanciller Víctor Hugo Tinoco.
También mantiene bajo arresto a los aspirantes presidenciales de la oposición Cristiana Chamorro, Arturo Cruz, Félix Maradiaga y Juan Sebastián Chamorro García.
Doce de los 13 opositores detenidos, incluyendo tres de los cuatro aspirantes a la presidencia, están siendo investigados por “incitar a la injerencia extranjera en los asuntos internos” y “pedir intervenciones militares” contra el gobierno de Ortega, entre otros delitos.
“Cualquier intento de un actor nacional o extranjero de socavar una investigación de esta naturaleza, también debe considerarse en el contexto de la legislación vigente, y debe ser percibido como un ataque frontal contra los principios del respeto al estado de derecho, la democracia, la soberanía nacional y la libre autodeterminación en Nicaragua“, señaló al respecto el Ejecutivo.
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El gobierno sandinista aseguró que, como miembro digno de la comunidad internacional, Nicaragua no representa una “amenaza” para ningún país del mundo.
“Por el contrario, Nicaragua siempre ha tenido como objetivo establecer relaciones bilaterales basadas en el respeto mutuo, la solidaridad y la cooperación”, agregó.
En el documento, las autoridades sandinistas resaltaron que el país centroamericano es un “aliado clave” en la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado, además señalaron que no contribuye a la migración irregular.
“Nicaragua exige que sean eliminadas todas las medidas unilaterales, coercitivas e ilegales impuestas a países, instituciones o individuos, reiterando que la aplicación de tales medidas en tiempos de pandemia eleva su ilegalidad al nivel de crimen de lesa humanidad”, advirtió.
Los arrestos de líderes opositores en Nicaragua a menos de cinco meses de las elecciones activó la alarma de organizaciones políticas y de defensa de los derechos humanos de todo el mundo.