El presidente Donald Trump encontró en los fondos federales una herramienta para atacar a las universidades más prestigiosas de Estados Unidos, tales como Harvard y Columbia, para forzarlas a alinearse a las políticas de su nueva administración.
Durante décadas, el gobierno federal ha subsidiado a las universidades con dinero federal para impulsar avances científicos, lo que se ha visto como un beneficio para el bien común. Sin embargo, Trump lo convirtió en una fuente fácil de influencia que atenta la independencia de las instituciones.
La administración del republicano congeló el 14 de abril 2 mil 200 millones de dólares de fondos federales a Harvard, la institución más antigua de Estados Unidos, después de que se negara a cumplir a las exigencias del gobierno.
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La universidad fundada en 1636, tiene un fondo de dotación de 53 mil millones de dólares, es el más grande del país.
Sin embargo, las amenazas del republicano a las escuelas que conforman a la Ivy League (que agrupa a las ocho universidades privadas más prestigiosas del país) y a instituciones como el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), empezaron desde hace meses al considerarlas centros de la cultura "woke".
El pasado 18 de febrero, el mandatario lanzó su primera amenaza a las casas de estudios referentes del país: eliminan las iniciativas de diversidad o se arriesgan a perder fondos federales.
Es decir, todas las universidades deben de terminar con las prácticas de admisión o contratación que consideren "raza, color, origen nacional o sus equivalentes".
Trump también las señala de tolerar el antisemitismo, esto después de que algunos estudiantes impulsaran una ola de protestas propalestinas en varios campus de todo el país por la guerra entre Israel y Palestina.
El gobierno del republicano ha pedido a las instituciones tener una disciplina más estricta contra los manifestantes, además de examinar a los estudiantes internacionales para detectar a aquellos que son "hostiles a los valores estadounidenses."
En algunos casos, Trump ha logrado que las instituciones cedan a sus peticiones; tal es el caso de Columbia, que evitó el recorte de millones de dólares al implementar algunos cambios en sus políticas.
Sin embargo, Harvard se plantó en contra del presidente y anunció que, aunque seguirá combatiendo el antisemitismo en su campus como ha reclamado, no aceptará sus demandas para evitar el recorte de fondos, que "invaden libertades universitarias reconocidas desde hace mucho tiempo por la Corte Suprema".
Con información de EFE y AP