La obispa episcopaliana Mariann Edgar Budde aseguró que no fue un "regaño", sino una 'súplica' al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, al pedirle desde el púlpito que tuviera compasión por los migrantes y los niños trans.
"No fue un regaño, fue una súplica por parte de la gente más necesitada en nuestro país", declaró en entrevista en español para la cadena Telemundo la obispa, y agregó: "Fue la palabra que creo que dios me dio para ofrecer al pueblo y al presidente, y la ofrecí".
La obispa, primera mujer que ostenta ese cargo en su iglesia, afirmó que no pedirá perdón al mandatario por su sermón pronunciado en la Catedral Nacional de Washington el pasado 21 de enero.
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"Reconocí su autoridad, reconocí que ganó la elección (gracias al apoyo de) muchas personas en el país, lo votaron, incluyendo los hispanos", dijo.
También dijo que pese a haber recibido amenazas tras su sermón en la Catedral Nacional de Washington, "no es tiempo de callar", refiriéndose a la comunidad latina en Estados Unidos.
"Hay mucha gente aquí que estamos en con ustedes, apoyándolos, mantengan la fe", dijo a la comunidad migrante.
Durante su sermón en la misa que ofició el pasado 21 de enero ante Donald Trump, su familia, y parte de su gabinete de trabajo, Mariann Budde, pidió al mandatario reconsiderar su política antimigrantes, además de revisar su agenda de género.
"Millones de personas han depositado su confianza en usted. Y como usted le dijo a la nación, (que) ha sentido la mano providencial de un Dios amoroso. En el nombre de nuestro Dios, le pido que tenga misericordia de la gente de nuestro país que ahora está asustada", dijo.
Sus dichos, que la prensa calificó a manera de regaño, causaron que el propio Trump le pidiera disculparse con él, algo que la obispa, ha afirmado que no piensa hacer.