EFE.– Un grupo de neoyorquinos, entre ellos el actor Robert De Niro, el director Martin Scorsese y la cantante Patti Smith, luchan por conservar un jardín repleto de estatuas en el corazón de Manhattan que podría ser evacuado pronto para convertirse en un centenar de departamentos asequibles y así combatir la crisis de la vivienda en la ciudad.
Aunque no han llegado a atarse a los árboles del "Elizabeth Street Garden", han mandado más de 28 mil cartas al alcalde de la ciudad para impedir la medida, aprobada por un tribunal de Nueva York tras años de disputas.
Este pequeño pulmón de más de 500 metros cuadrados en el barrio de Nolita llama la atención por las estatuas que decoran el jardín: desde los leones que dan la bienvenida, a figuras de esbeltas mujeres repartidas por distintas áreas, pasando por una cabeza de un caballo en el suelo o un galgo escondido en un rincón.
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Son los restos de una antigua galería que durante años usó este terreno como parte de su colección.
Al parque acuden a diario, acompañados de un libro o de su almuerzo, decenas de personas, y en ocasiones se celebran recitales de poesía, ciclos de cine y hasta desfiles de modelos de la Fashion Week.
¿Ya van a demoler el jardín?
"¿Ya van a demoler el jardín?", pregunta en su entrada un hombre a uno de los voluntarios que trabaja en el jardín.
Por el momento, no, según explica a EFE Joseph Reaver, director de la organización sin fines de lucro que mantiene vivo el jardín, pero en cuanto se les notifique oficialmente –algo que a partir de esta semana podría ocurrir en cualquier momento – tendrán 14 días para desalojar el espacio.
"Todavía no hemos recibido ninguna notificación. Por lo tanto, por ahora, el jardín se libra de ser clausurado", apunta Reaver que anota que los voluntarios siguen "buscando todas las opciones disponibles para salvarlo".
La zona donde se encuentra el "Elizabeth Street Garden" es una de las más caras de la ciudad, donde un alquiler por un apartamento con dos habitaciones ronda entre los cinco mil y los siete mil dólares y los pocos pisos que están a la venta superan con creces el millón de dólares.