EFE.- Nueva York, cuna del movimiento por los derechos LGBTQ+, comenzó este jueves la celebración del Mes del Orgullo, enmarcado este año en polémicas leyes aprobadas en Estados Unidos que afectan sobre todo a los jóvenes transexuales, negándoles servicios médicos de afirmación o impidiendo que compitan en el equipo deportivo escolar del género con el que se identifican.
La celebración está compuesta de diversos eventos que culminan con el famoso desfile por la Quinta Avenida el 25 de junio, y comenzó el 1 de junio con la firma de la gobernadora Kathy Hochul de la proclama del Mes del Orgullo, en la que afirmó que Nueva York está orgullosa de ser la cuna del movimiento LGBTQ+.
Hochul anunció además la apertura de la exposición “Tras los pasos de los héroes”, en el Capitolio del estado, que destaca el movimiento por los derechos este colectivo en Nueva York hasta el presente.
Hoy se izará la bandera del arcoíris, que representa a esta comunidad, en parques y edificios importantes, mientras que otros se iluminarán con sus colores rojo, naranja, amarillo, verde, azul y púrpura esta noche, entre ellos el One World Trade Center y los puentes Mario Cuomo y Kosciuszko.
En junio de 1969, las constantes redadas policiales a un bar llamado Stonewall Inn, en el Greenwich Village de Manhattan, fueron el inicio de una revuelta en la que colectivos homosexuales protestaron por sus derechos.
Los disturbios de Stonewall son considerados la primera ocasión en la historia de Estados Unidos en la que la comunidad LGBTQ+ luchó contra la persecución a homosexuales. Un año más tarde, en 1970, en su conmemoración, se registró el primer desfile del Orgullo.
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El desfile de este año está marcado por el récord de propuestas de ley contra los LGBTQ+ en legislaturas estatales conservadoras en el país, un total de 540, más que en cada uno de los pasados cinco años, de acuerdo con Human Rights Campaign.
De las 540, hasta ahora, 45 fueron promulgadas y 13 de estas se centran en los jóvenes trans al prohibir servicios médicos de afirmación de género en estados republicanos como Iowa, Georgia, Oklahoma, Florida y Misuri, que además prohibió que las niñas y mujeres trans participen en equipos deportivos femeninos.
Una de las más controvertidas fue la ley “no digas gay” de Florida, que prohíbe hablar de identidad de género y orientación sexual en las escuelas públicas, convertida en ley por su gobernador republicano y ahora aspirante a la presidencia, Ron DeSantis.
El pasado 25 de mayo, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) dijo estar “particularmente preocupada” por el impacto de estas leyes, que han aprobado al menos 30 estados, sobre los derechos de la niñez y juventud trans.
“Los ataques (legislaciones) no son nuevos, es parte de lo que ha ocurrido en Estados Unidos y en el mundo”, comentó a EFE Sandra Pérez, directora ejecutiva de Pride NYC, fundada hace 54 años y que organiza la marcha del Orgullo en Nueva York.
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Los conservadores que impulsaron estas leyes han ignorado los avances logrados por los LGBTQ+ y comunidades minoritarias, indicó. “Ellos piensan que no tenemos el derecho a vivir si no eres blanco o heterosexual”, comentó Pérez, de origen puertorriqueño.
Manifestó su preocupación de que con estas nuevas leyes la gente se sienta más “en libertad” de agredirles.
“Se aprueben o no las propuestas de ley, tienen un impacto”, uno de ellos, la depresión en jóvenes que no puedan expresarse abiertamente sobre su sexualidad ni recibir la ayudan que necesiten, indicó.
Tras esas acciones legislativas, el 17 de junio habrá una manifestación de la comunidad LGBTQ+ con el propósito de promover el diálogo sobre los problemas que enfrentan y abogar por cambios.