AP.- Steve Bannon, un viejo aliado del expresidente Donald Trump, fue declarado culpable el viernes por cargos de desacato por desafiar una citación de una comisión de la Cámara de Representantes que investiga la insurrección del 6 de enero de 2001 en el Capitolio de Estados Unidos
Bannon, de 68 años, fue condenado después de un juicio de cuatro días en un tribunal federal de Washington por dos cargos: uno por negarse a comparecer para una declaración y el otro por negarse a proporcionar documentos en respuesta a la citación del comité. El jurado de 8 hombres y 4 mujeres deliberó poco menos de tres horas.
El comité buscó el testimonio de Bannon sobre su participación en los esfuerzos de Trump para anular las elecciones presidenciales de 2020. Bannon había argumentado inicialmente que su testimonio estaba protegido por el privilegio ejecutivo de Trump.
Sin embargo, el panel de la Cámara y el Departamento de Justicia sostuvieron que esa afirmación es dudosa porque Trump había despedido a Bannon de la Casa Blanca en 2017 y, por lo tanto, el exasesor no tenía algún estatus especial cuando estaba consultando con el entonces presidente en el periodo previo a los disturbios en 6 de enero de 2021.
Sus abogados trataron de argumentar durante el juicio que él no se negó a cooperar y que las fechas cambiaban. Señalaron el hecho de que Steve Bannon había cambiado de rumbo poco antes de que comenzara el juicio, después de que Trump renunció a su objeción, y se ofreció a testificar ante el comité.
En los argumentos finales, ambas partes volvieron a enfatizar sus posiciones principales del juicio. La acusación sostuvo que Bannon ignoró intencionalmente plazos claros y explícitos, y la defensa afirmó que Bannon creía que esos plazos eran flexibles y estaban sujetos a negociación.
Bannon recibió una citación el 23 de septiembre del año pasado que le ordenaba proporcionar los documentos solicitados al comité antes del 7 de octubre y comparecer en persona antes del 14 de octubre. Bannon fue acusado en noviembre de dos cargos de desacato criminal al Congreso, un mes después de que el Departamento de Justicia recibiera la remisión del panel de la Cámara.
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El abogado de Bannon, Evan Corcoran, dijo al jurado el viernes en sus argumentos finales que esos plazos eran meros “marcadores de posición” mientras los abogados de cada lado negociaban los términos.
Corcoran también insinuó que la principal testigo del gobierno, la abogada principal del comité del 6 de enero, Kristin Amerling, tenía prejuicios personales. Amerling admitió en el estrado que es demócrata de toda la vida y ha sido amiga de uno de los fiscales durante años.
Corcoran también insinuó vagamente que la firma del presidente del comité del 6 de enero, el representante Bennie Thompson, se veía diferente en la citación que en otras cartas, pero abandonó ese tema cuando la fiscalía objetó.
Los fiscales se concentraron en la serie de cartas intercambiadas entre el comité del 6 de enero y los abogados de Bannon. La correspondencia muestra que Thompson desestimó de inmediato la afirmación de Bannon de que estaba exento por el privilegio ejecutivo de Trump y amenazó explícitamente a Bannon con un proceso penal.
"La defensa quiere hacer que esto sea difícil, difícil y confuso", dijo la fiscal federal adjunta Amanda Vaughn en su declaración final. "Esto no es difícil. Esto no es difícil. Solo hubo dos testigos porque es tan simple como parece".