AP.- Al dar la bienvenida a Angela Merkel a la Casa Blanca por última vez, el presidente Joe Biden renovó sus preocupaciones sobre un gasoducto, casi completo, entre Rusia y Alemania, pero dijo que estaban de acuerdo en que no se debe permitir que Rusia use la energía como un arma.
Discutieron, aunque no hicieron avances aparentes, en las diferencias sobre el gasoducto Nord Stream 2 durante la visita de despedida, en gran parte amistosa, para Merkel mientras se acerca al final de una carrera política que ha abarcado cuatro presidencias estadounidenses.
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“En una nota personal, debo decirle que la echaré de menos en las cumbres“, dijo Biden mientras apoyaba a Merkel, la segunda canciller con más años de servicio en la historia de Alemania, en una conferencia de prensa en la Casa Blanca.
Merkel, quien tuvo una relación difícil con el expresidente Donald Trump, mostró su familiaridad con Biden, quien ha sido durante mucho tiempo un elemento fijo en la política internacional, refiriéndose repetidamente a él como “querido Joe”.
Cuando se le pidió que comparara su relación con Biden con la de ella con Trump, Merkel se mantuvo diplomática y sólo dijo que a cualquier canciller alemán le interesaba “trabajar con todos los presidentes estadounidenses”. Añadió con una sonrisa: “Hoy fue un intercambio muy amistoso”.
Pero a pesar de su calidez personal, la relación entre Estados Unidos y Alemania está entrando en un nuevo territorio a medida que Merkel, que no busca otro mandato en las elecciones de septiembre, se acerca a su salida del cargo. Ambas partes tienen preocupaciones sobre cómo las dos naciones negociarán los crecientes desacuerdos.
Estados Unidos ha argumentado durante mucho tiempo que el proyecto Nord Stream 2 amenazará la seguridad energética europea al aumentar la dependencia del continente del gas ruso y permitir que Rusia ejerza presión política sobre las naciones vulnerables de Europa Central y Oriental, particularmente Ucrania. Pero Biden recientemente renunció a las sanciones contra las entidades alemanas involucradas en el proyecto, una medida que enfureció a muchos en el Congreso.
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Merkel buscó minimizar las diferencias y enfatizar que el oleoducto se sumaba a los otros ucranianos, que no tenía la intención de desplazarlos.
“Nuestra idea es y sigue siendo que Ucrania sigue siendo un país de tránsito para el gas natural, que Ucrania, al igual que cualquier otro país del mundo, tiene derecho a la soberanía territorial“, señaló la canciller. Añadió que Alemania estaba lista para reaccionar ante Moscú “si Rusia no respetar este derecho de Ucrania que tiene como país de tránsito “.
Angela Merkel también expresó su preocupación por las restricciones de viaje de la Covid-19 que impiden que la mayoría de los europeos viajen a Estados Unidos.
Joe Biden indicó que había traído al jefe de su grupo de trabajo sobre el coronavirus para discutir el tema y que esperaba poder ofrecer una respuesta más definitiva “dentro de los próximos siete días” sobre cuándo podrían aliviarse las restricciones.