Los republicanos de la Cámara de Representantes de Estados Unidos votaron el miércoles para retirar a Liz Cheney de su puesto de liderazgo dentro del partido, castigando a la conservadora republicana de Wyoming por atreverse a refutar la mentira del expresidente Donald Trump de que hubo fraude en las elecciones de 2020.
Esta ocasión, los republicanos votaron de forma secreta para retirar a Cheney de su puesto como la tercera persona más fuerte de los republicanos en la Cámara. Cheney ya había enfrentado un cuestionamiento su liderazgo en febrero, sin embargo, en esa ocasión mantuvo su puesto sin problemas.
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Cheney, quien también era la mujer con mayor rango dentro del Partido Republicano, criticó continuamente las afirmaciones falsas de fraude de Trump y votó por hacerlo responsable del asalto al Capitolio el pasado 6 de enero.
“No podemos abrazar la gran mentira (de Trump) y abrazar la Constitución, para avanzar la nación necesita un Partido Republicano fuerte, la nación necesita partido basado en los principios fundamentales del conservadurismo”, dijo Cheney luego de conocer los resultados de la votación.
Sobre la posibilidad de que Trump busque la candidatura presidencial en 2024, Cheney dijo que hará “todo lo que pueda para asegurar que el expresidente nunca más se acerque a la Oficina Oval“.
"Hemos visto el peligro que sigue provocando con su lenguaje, hemos visto su falta de compromiso y dedicación a la Constitución, y creo que es muy importante que nos aseguremos de que el que elijamos sea alguien que sea fiel a la Constitución “, dijo Cheney.
Cheney dijo que no se sentía traicionada por la votación de hoy, pues dijo que más bien era una muestra de la posición en la que se encontraba el Partido Republicano actualmente.
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“Creo que el partido está en un lugar del que tenemos que recuperarlo, y tenemos que volver a una posición en la que somos un partido que puede luchar por principios conservadores, que puede luchar por la sustancia”, dijo Cheney. “No podemos dejarnos arrastrar hacia atrás por las peligrosas mentiras de un expresidente”, afirmó.
Menos de 30 minutos antes de la votación, Trump envió un mensaje en el que acusó a Cheney de promover guerras innecesarias. “Los republicanos en la Cámara de Representantes tienen hoy una gran oportunidad para deshacerse de una líder pobre, una importante defensora de la conversación demócrata, un belicista y una persona sin personalidad ni corazón”, dice el mensaje del exmandatario.
Despojar a Cheney, de 54 años e hija del ex vicepresidente Dick Cheney, de su trabajo de liderazgo es un momento histórico para el Partido Republicano.
En efecto, uno de los dos partidos principales de la nación estaba declarando un requisito de admisión extraordinario a sus más altos rangos: la fidelidad, o al menos el silencio, sobre la mentira de Trump de que perdió la reelección de noviembre debido a un fraude generalizado. En estados de todo el país, los funcionarios y jueces de ambos partidos no encontraron pruebas que respalden las afirmaciones de Trump de que numerosas ilegalidades causaron su derrota.
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Ha quedado claro que los días de liderazgo de Cheney estaban contados luego de el líder de la minoría de la Cámara, Kevin McCarthy, representante por California, y el líder republicano número 2, Steve Scalise, representante por Louisiana, se unieron a Trump y a otros republicanos alineados en su contra.
"El problema es que no se puede tener un presidente de conferencia republicano que recita continuamente los puntos de vista de los demócratas", dijo Jim Jordan, representante por Ohio, exjefe del grupo conservador Freedom Caucus y aliado cercano de Trump, el martes por la noche.
"No se puede tener un presidente de conferencia republicano que asuma posiciones a las que se opone el 90 por ciento del partido", aseguró Jordan.
Con información de AP