Reuters.- El gobierno del presidente Joe Biden pidió a México que examine presuntas violaciones de derechos laborales en una fábrica de camionetas de General Motors, una medida que podría derivar en aranceles en los autos más rentables de la automotriz bajo el nuevo acuerdo comercial T-MEC.
La representante comercial de Estados Unidos, Katherine Tai, dijo que su agencia y el Departamento de Trabajo han recibido “información que parece indicar violaciones graves” de los derechos de los trabajadores durante una votación sobre un contrato sindical en abril en la fábrica de GM en Silao, Guanajuato.
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Es la primera vez que un país utiliza el Mecanismo Laboral de Respuesta Rápida en el T-MEC, que permite a sus miembros norteamericanos abordar las violaciones de derechos laborales en fábricas específicas. Tai ayudó a negociar el mecanismo sobre derechos laborales a nombre de los demócratas en el Congreso de Estados Unidos.
De acuerdo con las autoridades mexicanas, el mecanismo laboral de respuesta rápida es un procedimiento inédito de resolución de controversias en tratados comerciales y que tiene por objeto reforzar el cumplimiento de los compromisos laborales asumidos en el T-MEC.
La Secretaría del Trabajo de México indicó que encontró “serias irregularidades en la votación de los trabajadores liderada por los sindicatos en la fábrica de GM” y ordenó que se realizara un nuevo procedimiento dentro de los próximos 30 días.
La decisión del gobierno mexicano ocurre en medio de la presión de legisladores estadounidenses sobre GM, después de que algunas autoridades en México dijeron que algunas boletas fueron destruidas durante la votación, que estaba destinada a que los 6 mil trabajadores sindicalizados de la planta de Silao ratificaran su contrato laboral.
Ante esto, tres legisladores de alto rango del congreso de Estados Unidos habían pedido GM que respondiera algunas preguntas sobre las denuncias de supuestas violaciones a los derechos laborales en su planta de Silao, en Guanajuato. Pusieron como fecha límite el 25 de mayo para que la automotriz aclare las interrogantes.
Un objetivo estadounidense clave para el T-MEC, negociado por el gobierno del exmandatario Donald Trump, era fortalecer a los sindicatos mexicanos para ayudar a aumentar los salarios y frenar la migración de la producción automotriz estadounidense a México.
GM ganó cambios clave en el T-MEC que le permitieron seguir fabricando cientos de miles de camionetas pickup de alta rentabilidad en México, destinadas para su exportación a Estados Unidos.
En un comunicado, Tai elogió a México “por intervenir para suspender la votación cuando se le notificaron irregularidades en las mismas” y dijo que la acción de Estados Unidos “complementará los esfuerzos de nuestro país para garantizar que estos trabajadores puedan ejercer plenamente sus derechos de negociación colectiva”.
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La planta en Silao es un eje de la estrategia de GM en la producción de camionetas en Norteamérica, ya que produjo más de 339 mil vehículos Chevrolet Silverado y GMC Sierra en 2019, más de un tercio del total de los 906 mil autos de este tipo que fabricó la compañía ese año.
GM dijo que cooperaría con los gobiernos de Estados Unidos y México en el asunto, condenando toda violación de derechos laborales y las acciones para restringir las negociaciones colectivas.