Tres hombres blancos acusados de matar a tiros al afroamericano Ahmaud Arbery, quien fue perseguido y baleado cuando corría en el vecindario de los imputados, se declararon inocentes de los cargos federales de delitos de odio este martes.

Travis McMichael y su padre, Greg McMichael, junto con William “Roddie” Bryan, vecino de los otros dos, presentaron sus declaraciones ante un juez magistrado de Estados Unidos.

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Los fiscales del Departamento de Justicia dijeron que planean compartir la mayor parte de su evidencia con los abogados defensores dentro de una semana, y el resto en el próximo mes, un indicio de que se están moviendo rápidamente pese a los cargos estatales de asesinato aún pendientes contra los mismos acusados.

Un juez de Georgia ha fijado un juicio en el caso del estado para octubre y escuchará las mociones previas al juicio en los próximos días.

"Sabemos que la justicia está más cerca”, dijo Marcus Arbery, el padre del hombre asesinado, a los periodistas frente al tribunal federal en Brunswick. Agregó que la decisión del Departamento de Justicia de procesar la muerte Ahmaud como un crimen de odio fue “un gran alivio”.

El 23 de febrero del año pasado, Greg y Travis McMichael persiguieron a Arbery a bordo de una furgoneta y armados mientras el afroamericano corría para ejercitarse. William “Roddie” Bryan se unió a la persecución y grabó cómo Travis McMichael le disparó de cerca al joven de 25 años.

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Los abogados de la defensa alegan que ninguno de los tres hombres cometió un delito, al argumentar que pensaron que el afroamericano era un ladrón, y que Travis McMichael disparó en defensa propia.

Los fiscales, por su parte, dicen que Arbery estaba ejercitándose y que no hay evidencia de que el afroamericano haya robado algo previo al incidente.

Con información de AP.