El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, firmará este martes una orden ejecutiva para que el salario mínimo de los contratistas federales aumente a 15 dólares por hora para marzo de 2022, de acuerdo con un comunicado de la Casa Blanca.
Se trata de un aumento del 37% para los contratistas federales que tengan el contrato mínimo actual de 10.95 dólares y duplica al salario mínimo federal legal, que se ha estancado en 7.25 dólares desde 2009.
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“Estos trabajadores son fundamentales para el funcionamiento del gobierno federal: desde profesionales de la limpieza y trabajadores de mantenimiento que garantizan que los empleados federales tengan lugares seguros y limpios para trabajar, hasta asistentes de enfermería que cuidan a los veteranos de la nación”, dice un comunicado de la Casa Blanca.
Los trabajadores van desde el personal de limpieza y mantenimiento hasta los contratistas de servicios de alimentación y los obreros, e incluyen a trabajadores que reciben propinas, como los de los servicios recreativos y los conductores de autobuses de enlace, que quedaron fuera del último aumento bajo el mandato del expresidente Barack Obama.
El decreto también garantiza 15 dólares la hora para los contratistas federales a partir del 30 de enero de 2022, para los empleados actuales y obliga a las agencias a que para el 30 de marzo, todas lo hayan implementado, incluso con los contratos nuevos.
También establece que las agencias deben continuar indexando el salario mínimo para que todos los años después de 2022 se ajuste automáticamente de acuerdo con la inflación para reflejar los cambios en el costo de vida.
La orden elimina el salario mínimo con propinas para los contratistas federales para 2024, los empleados que reciben propinas que trabajan con contratos federales ganarán el mismo salario mínimo que otros empleados con contratos federales de 15 dólares, la medida también protege a los empleados con discapacidad.
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La orden también revoca la orden ejecutiva del expresidente Donald Trump y restaura las protecciones a los proveedores de equipos y guías que operan en servicios recreativos en tierras federales.
Sylvia Walker, contratista en Maximus, que opera centros de llamadas para los servicios Medicare y Medicaid, calificó el decreto como un “primer paso importante”.
“Hemos luchado mucho por un salario justo y mejores condiciones de trabajo, y estamos agradecidos de que el gobierno de Biden haya escuchado nuestro llamado a la acción”, dijo Walker.
Biden dijo durante campaña que el apoyo a los obreros era fundamental, afirmando que unos sindicatos fuertes y unos salarios más altos pueden resucitar a la clase media de Estados Unidos, al tiempo que ayudan a reducir las desigualdades económicas y raciales. Este decreto sería la más reciente medida de apoyo al sindicalismo.
Biden fracasó en un intento de aprobar una legislación que aumentara el salario mínimo general a 15 dólares para 2025, lo que puso en duda la capacidad de Biden para cumplir la promesa de la campaña.
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Los republicanos y algunos demócratas conservadores se han mostrado reacios a la cifra de 15 dólares, diciendo que un salario mínimo de 10 a 12 dólares sería más apropiado en algunas partes del país. Aumentar los salarios mínimos presionaría las finanzas de las empresas, lo que las llevaría a recortar las contrataciones, aseguran.
Sin embargo, a diferencia del salario mínimo general, el salario de los contratistas es financiado por el gobierno federal, lo que significa que los costos se trasladarían al contribuyente o se sumarían al déficit, pero la administración Biden sostiene que los salarios más altos conducirán a una mayor productividad y menos costos de capacitación, con lo que se se equilibrarían los costos con los beneficios.
Con información de Reuters