Reuters.- Los obispos católicos de Estados Unidos tienen previsto revisar esta semana si el apoyo del presidente Joe Biden al derecho al aborto debería descalificarlo para recibir la comunión, una cuestión que ha profundizado las divisiones en la Iglesia desde que el demócrata asumió el cargo.
En la conferencia que se celebrará del 15 al 18 de noviembre en Baltimore, los obispos pretenden hacer una votación por un documento que aclara el significado de la Sagrada Comunión, un sacramento fundamental para la fe.
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Un comité redactó el documento después de la conferencia de los obispos de junio, en la que debatieron si tomar una posición sobre la elegibilidad de católicos prominentes como Biden -cuyas acciones políticas dicen que contradicen la enseñanza de la Iglesia- para recibir la comunión.
Biden, el primer presidente católico desde John F. Kennedy, ha dicho que se opone personalmente al aborto pero que apoya el derecho de la mujer a elegir. Se ha comprometido a proteger el derecho al aborto frente a las leyes cada vez más restrictivas promulgadas por algunos estados.
El mes pasado, su administración pidió al Tribunal Supremo que bloqueara una ley de Texas que prohíbe los abortos después de seis semanas.
La cuestión ha dividido a la Conferencia Episcopal de Estados Unidos y ha enfrentado a los católicos más conservadores con los que apoyan las opiniones del presidente. Alrededor del 55% de los católicos cree que el aborto debería ser legal en todos o en la mayoría de los casos, frente al 59% de la población general, según un sondeo de Pew Research realizado en abril.
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El debate ha sembrado una mayor discordia en la lucha de la Iglesia por retener a sus miembros. Casi el 20% de los católicos estadounidenses han abandonado la Iglesia en las últimas dos décadas, según una encuesta de Gallup realizada en marzo, a medida que han surgido escándalos de abusos sexuales en los que están implicados sacerdotes.
Biden se reunió en privado con el Papa Francisco en el Vaticano el mes pasado y dijo después que el pontífice le había señalado que era un “buen católico” que podía recibir la comunión.
Antes de esa reunión, el Papa Francisco, cuya teología liberal ha erizado a muchos católicos conservadores desde su elección en 2013, pareció criticar a los obispos estadounidenses por tratar el tema de forma política y no pastoral.
“La comunión no es un premio para los perfectos. … La comunión es un regalo, la presencia de Jesús y de su Iglesia”, dijo el Papa, añadiendo que los obispos deberían usar “compasión” con los políticos católicos que apoyan el derecho al aborto.