AP.- Cientos de personas marcharon este sábado en Kenosha para manifestarse en contra de la violencia policial, casi una semana después de que un oficial le disparara a Jacob Blake en la espalda siete veces, dejando paralizado al afroamericano de 29 años.

Los manifestantes corearon “¡Sin justicia, no hay paz!” cuando comenzó la marcha y “Siete balas, siete días” como referencia a la cantidad de disparos que recibió Blake.

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Los que encabezaban la marcha portaban una pancarta que decía “Justicia para Jacob” mientras se dirigían hacia el juzgado del condado de Kenosha, donde hablarían los miembros de la familia de Blake, el vicegobernador Mandela Barnes, la representante estadounidense Gwen Moore y otros líderes comunitarios. .

“Estamos desconsolados y enfurecidos, pero somos firmes en nuestra demanda de justicia”, dijo Tanya Mclean, una amiga de la familia de Blake que ayudó a organizar el evento, en un comunicado. Dijo que el tiroteo de Blake no es un incidente aislado, sino parte de un “sistema brutal y racista“.

“Estamos aquí para exigir el fin de la violencia policial y el racismo sistémico en Kenosha“, dijo Mclean. “No más reformas parciales y comités inútiles. No más soluciones de curita sobre las heridas de bala. El momento del cambio transformador es ahora”.

El oficial de policía de Kenosha, Rusten Sheskey, y otros dos oficiales estaban respondiendo a una llamada de abuso doméstico el domingo cuando Sheskey le disparó a Blake siete veces en la espalda. Blake está paralizado por los disparos, dijo su familia, y se está recuperando en un hospital de Milwaukee.

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El ataque, que fue capturado en un video, provocó nuevas protestas en contra de la injusticia racial y la brutalidad policial, solo tres meses después de la muerte del afroamericano George Floyd, a manos de la policía de Minneapolis.

Los manifestantes han marchado por las calles de Kenosha todas las noches desde principios de la semana, convirtiendo las protestas en disturbios con daños en edificios y vehículos. El martes, dos personas murieron a manos de un civil armado. El comandante de la Guardia Nacional dijo el viernes que se habían desplegado más de mil miembros de la Guardia para ayudar a mantener la paz y que había más en camino.

Aniyah Ervin, una joven afroamericana de 16 años de Kenosha, dijo el sábado que la semana ha sido surrealista. Aunque ella es parte de un grupo que realizó protestas contra la injusticia racial durante el verano, dijo que había una sensación de que la brutalidad policial no era un problema en su comunidad.

Ervin dijo que el ataque a Blake “muestra que puede suceder en cualquier lugar”. Will Turner, otro afroamericano, dijo llevar a sus dos hijos desde Madison para “mostrarles el poder de la protesta pacífica”.

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Los investigadores han dicho poco sobre lo que provocó el ataque a Blake. El sindicato de la policía de Kenosha dijo que Blake tenía un cuchillo y luchó con los oficiales, pero los dos intentos para aturdirlo con un taser no tuvieron éxito. Los investigadores estatales sólo han dicho que los agentes encontraron un cuchillo en el piso del automóvil.

En la grabación, Blake camina desde la banqueta alrededor de la parte delantera de una camioneta hasta la puerta del lado del conductor mientras los oficiales lo siguen con sus armas en la mano y le gritan. Cuando Jacob abre la puerta y se inclina hacia la camioneta, un oficial agarra su camisa por detrás y abre fuego. Tres de los hijos de Blake estaban en el vehículo, según los abogados del hombre afroamericano.

El hombre que grabó el video, Raysean White, de 22 años, dijo que escuchó a la policía gritarle a Blake: “¡Suelta el cuchillo! ¡Suelta el cuchillo!” antes de que estallaran los disparos. White dijo que no vio un cuchillo en las manos de Blake.

Ben Crump, abogado de la familia, ha dicho que Blake no hizo nada para provocar a la policía y ha pedido el arresto de Sheskey y el despido de los otros dos agentes.