Tres policías de Nueva York fueron hospitalizados tras beber licuados supuestamente contaminados con cloro, lo que llevó a las autoridades a lanzar una rápida investigación que concluyó que el problema fue accidental y que no se trató de un ataque contra los agentes.

Los policías, que estaban asignados en Manhattan para vigilar las protestas antirracistas y contra la violencia policial que continúan celebrándose en la ciudad, no sufrieron daños graves y ya fueron dados de alta.

Este martes, el jefe de detectives de la Policía de Nueva York, Rodney Harrison, anunció que tras una "investigación en profundidad" se determinó que no hubo ningún tipo de conducta criminal por parte de los empleados del establecimiento, de la cadena Shake Shack, donde ocurrieron los hechos.

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De acuerdo con fuentes policiacas citadas por el diario New York Post, la máquina con la que el local prepara los licuados aún tenía cloro, sustancia que fue utilizada para limpiar el utensilio.

Los oficiales afectados por el incidente, según el medio neoyorquino, notaron un sabor extraño al probar las bebidas. Fue por ello que fueron trasladados a un hospital.

Algunos sindicatos policiacos habían sugerido de entrada que el episodio era un ataque contra los policías, y le pidieron a sus miembros que se mantuvieran alerta e inspeccionaran con cuidado todos los alimentos que adquieren.

"Cuando los agentes de la Policía de Nueva York no pueden siquiera comer sin ser atacados, está claro que el ambiente en el que trabajamos se ha deteriorado a un nivel crítico", señaló en un comunicado el principal sindicato, que representa a más de 50 mil oficiales y exoficiales de la ciudad.