El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, celebró este lunes por la noche en la Casa Blanca la ceremonia de confirmación de Amy Coney Barrett como jueza de la Corte Suprema.
Barrett fue confirmada hoy a la Corte Suprema por un Senado profundamente dividido, donde los republicanos superaron a los demócratas para instalar a la nominada del presidente Trump días antes de la elección y con ello asegurar una mayoría conservadora en el máximo tribunal para los próximos años.
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“Este es un día trascendental para Estados Unidos”, dijo el presidente Trump, agregando que es “muy apropiado” que Barrett ocupe el escaño que la fallecida jueza liberal Ruth Bader Ginsburg dejó.
“El legado de nuestros antepasados recae en ti, el pueblo estadounidense pone su juramento y fe en ti”, añadió el mandatario.
El juez Clarence Thomas tomó el juramento de Barrett, quien después agradeció a al presidente Trump por “elegirla como jueza de la Corte Suprema”.
“Es un privilegio poder servirle a mi país”, dijo la jueza de 48 años. “Gracias al Senado por dar su consentimiento a mi confirmación”.
La votación, 52 a favor y 48 en contra, fue la confirmación de un juez de la Corte Suprema que más cerca se ha hecho de una elección presidencial, y la primera en los tiempos modernos que carece de apoyo del partido minoritario. Con ello, los republicanos aseguran una mayoría conservadora en el máximo tribunal para los próximos años.
Barrett igualmente declaró que el proceso de confirmación le ha dejado aún más en claro que “el trabajo de un juez es resistir las preferencias políticas” y dijo que esta “separación” es lo que hace diferente al sistema judicial entre las otras ramas del gobierno.
“Los jueces federales no están sujetos a elecciones, por lo que no tienen bases para argumentar que sus preferencias reflejan las del pueblo”, aseguró Barrett. “Un juez declara independencia no solamente del Congreso y del presidente, también de las creencias privadas que quizás en otro escenario lo moverían”.
La nominada por Trump para llenar la vacante de la fallecida jueza liberal Ruth Bader Ginsburg, potencialmente da pie a una nueva era de fallos sobre el aborto, la Ley de Cuidado de Salud Asequible e incluso su propia elección. Los demócratas no pudieron detener el proceso, que lleva al tercer juez nominado por Trump a la Corte Suprema.
Con información de AP.