EFE.- Si tu vida está llena de problemas y dramas cotidianos innecesarios que protagonizas en tus ámbitos de trabajo, familia, amistades o pareja, y deseas alejarte de esas situaciones, necesitas reflexionar sobre tu percepción de las relaciones humanas y esforzarte para cambiar el modo de percibirlas, según el doctor Ali Fenwick, especialista en comportamiento humano.
Para Fenwick, esa reflexión y ese esfuerzo deberían enfocarlo en aprender a identificar, en cualquier tipo de relación que mantengamos, los comportamientos y situaciones buenas y saludables, a los que denomina "green flags" o banderas verdes, y así como aquellos comportamientos o situaciones tóxicas y negativas, a los que llama "red flags" o banderas rojas.
De manera similar a lo que sucede con los colores de un semáforo de tráfico, el verde indica que podemos seguir adelante con esa relación, y el rojo señala que debemos detenernos o reflexionar sobre los riesgos de la relación y la conveniencia de mantenerla o no.
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Saber identificar las banderas rojas y verdes es una tarea fundamental para conseguir una vida lejos de los problemas y de los dramas del día a día, orientarse a través de las situaciones críticas, así como para navegar por los escenarios más complicados y manejarlos de la mejor manera posible, señala.
El doctor Fenwick es profesor de Comportamiento Organizacional e Innovación en una escuelas de negocios y dirige el Dr. Fenwick Lab for Human Behavior & Technology, una empresa que investiga el nexo entre tecnología, comportamiento y bienestar y que brinda capacitación y asesoramiento sobre esta materia.
Es una figura reconocida en redes sociales, y colabora en publicaciones prestigiosas como Harvard Business Review y Forbes.
Guía en situaciones críticas
Fenwick describe en su libro "Red Flags, Green Flags", 48 situaciones críticas de la vida, y explica como gestionarlas, según el color de bandera se las identifique: verde o rojo.
Algunas de las banderas rojas que aborda son: “cuando tus padres siguen interfiriendo en tu vida”; “jefes que cambian continuamente las reglas del juego”; “cuando tus amigos intentan menospreciarte”; “salir con personas mayores o más jóvenes”; o “considerar el caos como una señal de amor”.
Cuando hay que tomar decisiones rápidas es fácil etiquetar algo que no nos gusta de alguien como "red flag", prefiriendo alejarnos y evadir los conflictos cuando las cosas se ponen difíciles, pero según Fenwick esa rapidez está reñida con nuestra capacidad de ser más reflexivos, de lidiar con situaciones difíciles y de solucionar los problemas.
Para este especialista es más importante la reflexión que la rapidez a la hora de analizar nuestras relaciones.
“Aprender a distinguir las ‘red flags’ de las ‘green flags’, algunas de ellas muy subjetivas, implica un conjunto de habilidades que debemos desarrollar, y que incluye ser capaces de reconocer que color de bandera predomina en la forma de relacionarnos con otras personas, según explica.
La recompensa es que este método “nos ayuda a tomar mejores decisiones, a pensar de manera más reflexiva sobre nuestras experiencias con los demás y también a ser más introspectivos”, destaca.
Vínculos con bandera roja
El doctor Ali Fenwick define el concepto de "red flags" como aquellas señales de advertencia que indican potenciales problemas, comportamientos tóxicos o situaciones negativas en diversas áreas de las relaciones interpersonales.
Son patrones de comportamiento o situaciones, pueden estar señalando riesgos reales o potenciales que podrían afectar negativamente a nuestra salud y a nuestro bienestar emocional en diferentes contextos relacionales, ya sea dentro de una relación romántica, familiar, de amistad o laboral
Aprender a identificar estas señales, que pueden incluir el "gaslighting", hacer que otra persona dude de su propio criterio, juicio o percepción, la manipulación emocional y las faltas de respeto, es crucial para poder tomar decisiones saludables, y evaluar y ajustar nuestras interacciones y relaciones a los principios del respeto mutuo, la seguridad emocional, señala.
Es una "bandera roja" si “tu pareja te corrige constantemente al hablar delante de sus amigos o familia; si tu madre sigue teniendo el control de tus cuentas bancarias aunque ya no vivas en su casa; o si tu jefe te dice que no puede subirte el sueldo, pero te pide que trabajes los fines de semana”, según Fenwick.
Los padres que no ofrecen apoyo emocional a sus hijos, no están presentes, ni les atienden; los amigos que camuflan sus comentarios destructivos bajo la fachada de bromas; los jefes que invaden la vida del empleado y no respetan sus límites personales; o una pareja que continuamente te culpa por las cosas que salen mal en la relación, son otras "red flags" frecuentes.
El doctor Fenwick cree firmemente que cuando detectamos una "red flag", debemos estar atentos, pisar el freno, evitar las decisiones y comportamientos llevados por nuestro “piloto automático” y dar paso al pensamiento reflexivo para decidir mejor los próximos pasos que daremos, como seguir una relación, modificarla o romperla.
“El pensamiento automático nos ayuda a tomar decisiones rápidas basadas en experiencias, valores y creencias pasadas, ¿Pero quién puede asegurar que estas respuestas automáticas son las mejores decisiones...?”, reflexiona.
Relaciones con bandera verde
Por otra parte, el doctor Fenwick define las "green flags" como señales que indican relaciones o situaciones saludables y positivas.
Este experto incluye dentro de las banderas verdes comportamientos como la comunicación abierta y honesta, el respeto mutuo, el apoyo emocional constante o la habilidad para resolver conflictos de manera constructiva.
Se trata de una "green flag" si “tu pareja está pasando por un mal momento y lo habla contigo para que puedas entenderle; cuando tu padre no te exige que le llames cada día y entiende que necesitas tu propio espacio; o cuando hay cambios radicales en la empresa y tu jefe dialoga contigo para saber cómo te sientes respecto a ello”, según Fenwick.
“Es fundamental que las personas que tienes cerca te ofrezcan compasión, empatía y respeto, ya que esto puede proporcionarte más confianza y seguridad en ti mismo, además de una mayor disposición a cambiar comportamientos no saludables”, puntualiza.
“También es importante que aprendamos a perfeccionar esas habilidades positivas en nosotros mismos para fomentar las conexiones positivas, con otras personas”, enfatiza.