Personal especializado del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en conjunto con el equipo del Museo del Templo Mayor (MTM) y de la compañía aseguradora, señalaron en su primer peritaje que la Zona Arqueológica del Templo Mayor no sufrió daños considerables tras la fuerte granizada que se registró la tarde noche de este miércoles.
La Secretaría de Cultura informó que ya se trabaja en las afectaciones provocadas por el colapso del techo del edificio conocido como la Casa de las Águilas.
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Los especialistas del INAH adscritos a las coordinaciones nacionales de Obras, de Recursos Materiales, de Conservación del Patrimonio Cultural y de Museos y Exposiciones, indicaron que no hay afectaciones que puedan comprometer la pintura mural y los frisos prehispánicos del edificio de estilo neotolteca.
De acuerdo con el peritaje, la techumbre, que fue diseñada por el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, absorbió el peso del granizo y sirvió como elemento de protección, a pesar de que hizo contacto con un segmento del piso estucado. Sin embargo, es totalmente recuperable.
Para proteger a la Casa de las Águilas de las lluvias de la temporada, se instalará un techo provisional y se diseñará una nueva techumbre para renovar la que se desplomó y las otras tres cubiertas con las cuales cuenta la zona arqueológica.
Estos nuevos diseños requerirán estudios detallados ya que deben de ser estructuras aptas a la intemperie, hundimientos diferenciales y la sismicidad, propia del primer cuadro de la Ciudad de México.
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La Casa de las Águilas fue un edificio ceremonial de primer orden en la sociedad mexica en la época prehispánica. Estudios del arqueólogo Leonardo López Luján, titular del Proyecto Templo Mayor (PTM), indican que su acceso debió haber estado limitado a las élites sacerdotales y gubernamentales de México-Tenochtitlan.
Como consecuencia de la caída del techo, la Zona Arqueológica del Templo Mayor permanecerá cerrada nuevamente hasta nuevo aviso.