Una nueva película original de Netflix pone el foco en el oscuro comercio internacional de niñas africanas, I am all girls (Yo soy todas las niñas).
La producción sudafricana está basada en hechos reales, como lo advierte al inicio de la película, pero está desarrollada con una historia de ficción que introduce al espectador en el tema de la trata de personas desde el continente africano.
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El thriller policiaco se centra en una detective que descubre que tiene más en común con un asesino de lo que pensó en un principio, ya que ambos buscan tratar de detener a una red de tráfico de niñas.
La película dirigida por Donovan Marsh está protagonizada por Erica Wessels como la detective Jodie Snyman, y por Hlubi Mboya quien asume el papel de Ntombizonke Bapai, y se narra entre los últimos años del apartheid y la actualidad.
La historia parece estar inspirada (sin olvidar que la mayor parte es ficción) en el caso del asesino serial y pederasta sudafricano Gert van Rooyen, quien entre 1988 y 1989 posiblemente secuestró, asesinó e hizo desaparecer, junto a su pareja, al menos a seis niñas.
Nunca se probó su culpabilidad, pero Van Rooyen asesinó a su pareja y se suicidó justo antes de ser detenido. Y los cuerpos de sus víctimas, de entre nueve y 16 años, nunca se encontraron.
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En la película se aborda el mismo número de víctimas de un hombre bautizado como Gert de Jager, similar al autor de uno de los casos más grandes sin resolver en Sudáfrica.
En la película se convirtió al pederasta en parte de una organización de trata de niñas que vincula a un alto funcionario del Partido Nacional (responsable de imponer y sostener el apartheid en Sudáfrica durante más de cuatro décadas) y la realeza árabe.
La cinta se encuentra en Netflix.