Una categoría que fue durante muchos años dominada por The Walt Disney Company se ha empezado a disversificar desde hace algunos años. Resulta que Mejor Película Animada se ha abierto a una competencia mucho más grande y ha demostrado que Disney no es el rey absoluto, ni en el gusto del público, ni en el de la Academia. Este año parece que no será la excepción.

Disney está presente de la mano de Pixar. Recuerden que no es lo mismo cuando va sólo. Este año la nostalgia hizo presencia con Toy Story 4, una película que para muchos demuestra el exceso de explotar cosas que ya dieron de sí. La única cosa casi 100% segura es que Woody se quedará sin estatuilla.

La verdadera batalla está entre dos grandes historias que, además, regresan a la animación como una técnica estudiada y no como una lucha entre los procesadores gráficos de computadoras que sólo desarrollan 3D. Primero está "Klaus", cinta original de Netflix, plataforma que ya se ha metido en todas las categorías. Esta película es un retorno a la animación dibujada a mano y aprovecha el uso de tecnologías como iluminación volumétrica que reacciona a los personajes. La cinta merece todo premio que pueda llevarse.

La segunda gran luchadora de la categoría es "Missing Link", una cinta que usa stop-motion como hace un buen tiempo no se veía en la nominación a Mejor Película Animada. El estudio de producción Laika ha estado nominado en cada una de sus cintas anteriores. Chris Butler puede levantar estatuilla en esta ocasión y nadie podría quejarse de ello.

Interesante que Netflix tiene otra cinta animada en la categoría: "I Lost My Body". Hermosa cinta pequeña que en cualquier otro año podría competir pero que en 2020 quedará como una cinta más.