Desde hace mucho que las marcas han visto oportunidades de promocionarse dentro de las historias que nos cuentan en cine y televisión. La estrategia del "product placement" (colocación de producto) es la responsable de que, por ejemplo, el enfrentamiento final de Neo contra Mr. Smith en "The Matrix" se dé frente a carteles publicitarios de la cerveza Sol. O que James Bond conduzca un Aston Martin. O que en las telenovelas mexicanas de repente las protagonistas hablen de las bondades de tal o cual toalla femenina\u2026
Pero recientes revelaciones de Rian Johnson, el director de la película "Knives Out" ("Entre Navajas y Secretos"), le ha dado una voltereta al mundo de la publicidad integrada.
En una entrevista para Vanity Fair, el director habló por primera vez en público sobre una política de Apple, Inc., el gigante de la tecnología, que prohíbe expresamente que los villanos en un producto audiovisual usen productos de su marca.
Según Johnson, que también dirigió la penúltima entrega de Star Wars, "The Last Jedi", "Apple permite que uses iphones en tus películas, pero jamás autorizará que los usen los chicos malos. No sé si deba decir esto, porque va a spoilerear mi siguiente película de misterio\u2026"
En pocas palabras, si quieres adelantarte al misterio, sólo fíjate en la marca de celular que usa cada personaje. Si es un iphone, es inocente. Si no, es sospechoso.
Y aunque ésta sea la primera vez que un director habla abiertamente sobre esta política de Apple, la misma no fue creada ayer. Hace 18 años, la revista Wired había señalado que, en la serie "24", protagonizada por Kiefer Sutherland, él y su equipo usaban Macs, mientras que los terroristas contra los que luchaban usaban Windows.
En aquel tiempo, se supuso simplemente que Apple había pagado un buen dinero para que así fuera (y seguramente hubo cheques de por medio), pero las declaraciones de Johnson esta semana confirman que el "product placement" también incluye el "product displacement", es decir, la descolocación de producto\u2026