El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, realizó el lunes un mitin en la ciudad de Kenosha, en Wisconsin, donde las protestas por la injusticia racial cobraron aún más fuerza tras los disparos de agentes de la policía contra Jacob Blake, y aseguró que él fue quien logró que los disturbios pararan allí.

"Cuando la turba violenta vino a Kenosha, Biden estuvo en contra de enviar a la Guardia Nacional. Pensó que era algo terrible", dijo el mandatario, que este lunes visitó también Pennsylvania, Michigan y Carolina del Norte. "Nosotros salvamos a Kenosha".

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Trump igualmente llamó a la multitud a acudir a las urnas mañana y aseguró que él es la mejor opción "si quieres que te traten con dignidad y respeto". 

La tensión en Kenosha inició el 23 de agosto después que un video reveló que un policía disparó contra Jacob Blake, de 29 años, por la espalda. El presidente viajó a la ciudad pese a las denuncias de que su presencia únicamente agravaría la violencia, pero culpó a los radicales de izquierda por los disturbios y elogió a los policías por una labor "realmente inspiradora".

Además, se negó a condenar las acciones de Kyle Rittenhouse, el adolescente acusado de asesinar a dos manifestantes durante una protesta en Kenosha, argumentando que el joven "estaba en medio de un gran problema" y que "probablemente hubiera muerto". 

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El presidente no mencionó explícitamente ninguno de los dos casos en el mitin de este lunes, pero reconoció que la ciudad de Kenosha "estuvo en las noticias recientemente" y advirtió que los disturbios, saqueos e incendios provocados serán castigados "con todo el peso de la ley".