Las empresas chinas, que anteriormente veían a México como un destino atractivo para sus inversiones, están reconsiderando su presencia en el país debido a las amenazas arancelarias del presidente Donald Trump y el enfriamiento de las relaciones con el gobierno mexicano, por lo que han comenzado a redirigir sus esfuerzos hacia otros países latinoamericanos, como Perú, en busca de nuevas oportunidades de expansión, según Bloomberg.
De acuerdo con la agencia de noticias, empresas como Jiangyin Hongmeng Rubber Plastic Product, que inicialmente había considerado expandirse en México, ahora ve a Perú como una opción más atractiva gracias a su conexión con un puerto vinculado a Shanghái y su tratado de libre comercio con Estados Unidos, vigente desde 2009.
El medio señala que China ha sido tradicionalmente un socio comercial clave para México, pero la relación se ha vuelto más desequilibrada con el tiempo. En 2024, el déficit comercial de México con China alcanzó casi los 120 mil millones de dólares, lo que resalta la dependencia mexicana de las importaciones chinas.
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A pesar de que el comercio entre ambos países ha alcanzado los 140 mil millones de dólares anuales, la balanza sigue siendo desfavorable para México, que ha adoptado una postura más proteccionista frente a las importaciones chinas.
La administración de la presidenta Claudia Sheinbaum ha comenzado a adoptar medidas para reducir esta dependencia. Entre ellas, la imposición de aranceles a productos procedentes de países sin acuerdos comerciales con México, incluyendo a China.
Aunque los analistas no creen que estas medidas logren disuadir por completo a las empresas chinas de operar en México, la situación ha generado incertidumbre en algunos inversionistas, quienes están "esperando un poco para tomar una decisión final", según César Santos, presidente del Parque Industrial Hofusan, que alberga a varias empresas chinas.
En un contexto de creciente proteccionismo y de amenazas de Trump, que ha pospuesto la entrada en vigor de los aranceles del 25% a las importaciones mexicanas de automóviles, algunos empresarios chinos están reconsiderando sus operaciones en el país. Sin embargo, otros, como los de la industria automotriz, han preferido mantenerse en México, ya que los costos de reubicación serían altos y la cercanía con Estados Unidos sigue siendo una ventaja competitiva crucial.
En entrevista con Bloomberg, Enrique Dussel Peters, profesor de economía de la UNAM, afirmó que es poco probable que la inversión china en México disminuya drásticamente, ya que muchas de las empresas chinas ofrecen productos y materiales que las empresas locales no pueden fácilmente reemplazar. No obstante, advierte que el auge de la inversión china en México parece haber quedado atrás, y que la competencia y los riesgos asociados a esta relación continúan creciendo.