Reuters.– La economía mexicana seguiría creciendo en 2023, aunque a un menor ritmo que años anteriores, gracias a inversiones atraídas por el “nearshoring“, que compensaría el débil desempeño del Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos, el principal socio de negocios de México, coincidieron el jueves analistas.
Después de que la pandemia de coronavirus trastocó las cadenas globales de suministro, México ha sido visto como un destino del llamado “nearshoring“, en el que grandes firmas con entrada al mercado de Estados Unidos buscan tener más cerca a proveedores para no depender de aquellos en Asia y asegurar abasto y reducción de costos.
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“Independientemente de crisis bancarias o una recesión, las empresas saben que deben cambiar sus líneas de operación a un país cercano a Estados Unidos y qué mejor que México”, afirmó Gabriel Casillas, economista en jefe para América Latina de Barclays, en un panel de análisis en el marco de la convención anual bancaria, en Mérida, Yucatán.
Casillas, quien también ha estado al frente de las áreas de análisis regional de otras firmas como JP Morgan y UBS, dijo que Barclays anticipa una expansión de un 1.4% del PIB mexicano para este año y de un 2.5% para 2024.
El año pasado, la segunda mayor economía latinoamericana creció un 3%, luego de haber mostrado una tasa del 5% en todo el 2021.
“Definitivamente hay efectos positivos por el ‘nearshoring‘ y creemos que esto va a seguir”, concordó Gabriela Siller, jefa de análisis de Banco Base, quien dijo que su expectativa para la economía mexicana es un poco más optimista que la de Barclays y anticipa un crecimiento de un 1.7% para este año.
Por su parte, Valeria Moy, directora del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), destacó que si bien ambas estimaciones, que se encuentran muy por abajo de la expectativa del 3% del gobierno, reflejan el optimismo por la llegada de inversión extranjera, son insuficientes.
“Se está generando la perspectiva de que se están alineando los astros. Sin embargo, crecer al 1.5%, incluso a un 2% en una economía emergente, como lo es la mexicana, me parece que sigue quedándonos a deber”, aseveró.
“Es increíble que hayamos llegado a que un 1.7 sea un número optimista para la economía mexicana“, añadió.