La posibilidad de que Arabia Saudita recorte la producción de crudo puede suponer un alivio para algunas industrias petroleras cuya rentabilidad peligra, pues el barril se encuentra oscilando a menos de 20 ó 25 dólares.
La posible medida del país de Oriente Medio favorecería a la extracción de petróleo esquisto en Estados Unidos (el shale oil -un proceso que convierte al querógeno- en petróleo sintético y gas), o la exploración de las arenas bituminosas de Canadá.
Otro país al que le urge repuntar es México, luego que su mezcla alcanzó su nivel más bajo en lo que va del siglo al depreciarse un 81.07 % en el primer trimestre del año, y caer hasta los 10.76 dólares.
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Aun así, el presidente mexicano mantiene su plan invertir un total de 8 mil millones de dólares para la nueva refinería en Dos Bocas, que pretende concluir en 2022 en el sureste del país.
Los países miembros de la OPEP abordarán este lunes cómo estabilizar el mercado del petróleo en plena pandemia del COVID-19. Las restricciones de movilidad impuestas alrededor del mundo para disminuir el número de contagios frenó también la demanda de petróleo.
La perspectiva de un recorte de producción hizo rebotar el precio del petróleo. El West Texas Intermediate (WTI) cerró la semana en 28.34 dólares por barril. En los días previos cayó por debajo de los 20 dólares.
La primera víctima de la guerra de los precios del petróleo
La falta de demanda por las restricciones de movilidad y la guerra de los precios ya cobraron su primera víctima. La empresa petrolera Whiting Petroleum se declaró en bancarrota tras quedarse sin liquidez.
Whiting Petroleum producía 123 mil barriles diarios en el cuarto trimestre de 2019. Sus acciones se depreciaron el 90% en los últimos meses, y es la primera empresa estadounidense de esquisto que se ve obligada a cesar su actividad, pero, según los analistas, también podría ser la primera de muchas otras.
“El esquisto de Estados Unidos, un tipo de petróleo, es económicamente inviable. Algunas áreas y plantas volverán cuando los precios suban”, opinó en declaraciones CNBC el analista jefe de Standard & Poors Global Platts, Chris Midgley.
Se estima que en Estados Unidos, donde los costes de producción son más elevados que en otras partes del mundo, las empresas energéticas necesitan que el precio del barril se sitúe en torno a los 20 ó 25 dólares para que la producción resulte rentable.
Si los precios caen por debajo de 15 dólares por barril, “sin duda veremos algunos operadores rendirse y suspender la producción de sus pozos menos productivos”, indicó el analista de Rystad Energy Alexandre Ramos-Peon.
El crudo canadiense, bajo amenaza
La abrupta caída de los precios también amenaza la existencia de la industria petrolera de Canadá. Se trata del séptimo país productor de petróleo del mundo con casi 3.6 millones de barriles diarios en 2019.
“En condiciones normales, el precio del Texas tiene que estar entre 40 y 45 dólares” para que la extracción de petróleo sea rentable en Canadá, explica Allan Fogwill, presidente y consejero delegado del Instituto Canadiense de Investigación en Energía, una institución independiente con sede en Calgary que estudia el sector.
Esa cifra asume un determinado valor del dólar canadiense en comparación con el de Estados Unidos. Además de cierto descuento sobre el precio del Texas, por lo que si el barril “está por debajo de 40 dólares, hay muy pocas oportunidades para invertir y lograr un retorno razonable en la inversión”, añade.
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“En la situación en la que nos encontramos ahora, te enfrentas a un mercado en el que no se puede ni siquiera cubrir el coste de producción a corto plazo”, concluye.
Particularidades de producción del petróleo canadiense: un problema adicional
Los principales yacimientos de crudo están en las provincias de Alberta y Saskatchewan, en el centro-oeste del país. En esos yacimientos, el crudo se localiza en las llamadas arenas bituminosas.
Para extraer el petróleo, los productores procesan grandes cantidades de arena impregnada con crudo inyectando vapor (calor y agua) para licuar el bitumen de la mina.
Además, la totalidad de la exportación de petróleo de Canadá se dirige a un solo mercado: Estados Unidos.
Venezuela: produce y pierde
El barril de crudo venezolano cayó a precios de 1999, unos 17 dólares en promedio. En el caso de crudos extrapesados venezolanos de la Faja Petrolífera del Orinoco, la mayor reserva mundial de petróleo, los costos de producción se elevan, en algunos casos, hasta los 34 dólares.
El analista Rafael Quiroz dijo que “Venezuela está produciendo a pérdida".
Brasil con salvavidas
Brasil tiene una alternativa para hacer frente a la crisis del petróleo. Se trata de la apuesta de la petrolera estatal brasileña Petrobras por las enormes reservas petrolíferas del presal, de la que extrae crudo a precios muy bajos en aguas profundas del Atlántico.
El costo promedio de extracción de crudo en el presal es de poco menos de 6 dólares por barril, incluyendo los costos de inversión y de operación, según el último plan de Petrobras.
Incluyendo impuestos y demás costos, su punto de equilibrio de producción o precio mínimo le garantiza la viabilidad económica, es de 16 dólares por barril en el presal. Además, de 20 dólares en sus operaciones en general (incluyendo pozos en tierra y en campos marinos de aguas poco profundas).
Para Rusia, es cuestión de tiempo
La cuestión en Rusia no es hasta qué nivel se deben bajar los precios. Sino cuánto tiempo van a permanecer bajos, según el experto de la Universidad de Finanzas adjunta al Gobierno ruso y analista del Fondo de Seguridad Energética Nacional Ígor Ushkov.
El escenario más posible, añade, es que los precios sigan bajos durante el segundo trimestre de 2020.
Durante ese periodo se desarrollarán dos procesos: China aumentará el consumo de los derivados del petróleo, recuperándose del COVID-19, mientras Europa bajará la demanda por las cuarentenas, pero para junio, posiblemente, la crisis del coronavirus quedará superada y el consumo de petróleo de Europa también irá al alza.
Con información de Agencias