Nick Kyrgios logró este miércoles algo histórico en su carrera: clasificar por primera vez a las Semifinales de un Grand Slam, en este caso Wimbledon, luego de vencer en tres sets y por parciales de 6-4, 6-3 y 7-6 al chileno Christian Garín. Ahora, el polémico australiano se medirá al máximo ganador de ‘Grandes’, Rafael Nadal, con quien sostiene una rivalidad.

“Tenemos personalidades muy distintas, pero nos respetamos al máximo. Va a ser un partido con el que se le hará la boca agua a los aficionados. Probablemente será el partido más visto de la historia”, acotó el nacido en Canberra.

Cabe destacar que los dos tenistas se han enfrentado tres veces en la Catedral del tenis. En 2014, un Kyrgios de 19 años, dio la sorpresa del torneo y eliminó a Nadal en los Octavos de Final; no obstante, el balear se tomó revancha en la segunda ronda del 2019.

“Va a ser muy especial para mí jugar contra Rafa aquí. Hemos tenido batallas increíbles en la pista central. Me ganó una vez y yo le he ganado otra”, añadió el oceánico.

Finalmente, Kyrgios aseguró que se siente en su mejor momento, pese a haber tenido dudas sobre su calidad y sobre seguir jugando en el deporte blanco hace unos meses.

“Creo que en los últimos dos años nadie hubiera pensado que podría hacer esto. Hubieran dicho que no tengo la disciplina suficiente, que no tengo el físico, que no tengo la mentalidad para logrado. Incluso yo empecé a dudar de mí mismo, con todos esos pensamientos entrando y saliendo de mi mente.

“Perdí el amor por el juego, las ganas, la chispa. Entonces algunas cosas cambiaron en mi vida, pero me di cuenta de que mucha gente quería que jugara. Ahora noto que me queda gasolina en el depósito. Siento que estoy jugando el mejor tenis de mi carrera y mentalmente me encuentro genial“, sentenció.

SIEMPRE POLÉMICO

Si bien la vida y carrera de Kyrgios se ha caracterizado por la polémica, en el presente Wimbledon no faltado la misma. Después de su victoria en la primera ronda la semana pasada, el australiano recibió una multa de 10 mil dólares por escupir hacia donde se encontraba un espectador.

Asimismo, su partido contra Stefanos Tsitsipas alcanzó alta tensión y recibió otra multa de cuatro mil dólares por proferir una obscenidad, por lo que su adversario lo describió después como un "bravucón" y "malvado".

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