Serena Williams será parte de la actividad del fin de semana en el Abierto de Australia. Pero no habrá público que pueda verla desde el graderío.
La estrella estadounidense se sobrepuso a algunos golpes erráticos y sobrevivió a un par de set points para vencer el viernes 7-6 (5), 6-2 a la rusa Anastasia Potapova, con lo que avanzó a la cuarta ronda.
El encuentro, inesperadamente disputado, entretuvo a un escaso público en la Rod Laver Arena. Pero en la jornada, funcionarios gubernamentales advirtieron que se prohibirá el ingreso de espectadores durante cinco días a partir del sábado, debido a un brote de COVID-19 en un hotel de Melbourne, en el que no se hospedaban tenistas.
Este torneo del Grand Slam era el primero en un año en el que se había permitido un público considerable.
Williams se enteró de la prohibición después de su partido.
"¿No habrá más fanáticos? ¡Guau, eso es triste!", comentó a la cadena ESPN. "¿Hasta en cinco días? Tendré que seguir jugando hasta entonces".
La veterana de 39 años busca de nuevo igualar el récord de Margaret Court, quien conquistó 24 torneos del Grand Slam. Williams logró el 23ro en el lejano Abierto de Australia de 2017.
Fue eliminada en la tercera ronda en Melbourne el año pasado, y parecía condenada al mismo destino hasta que Potapova, de 19 años, sucumbió ante los nervios.
Con el saque y arriba por 5-4, la joven rusa tenía doble set point. Sin embargo, incurrió en cinco faltas dobles y sufrió el quiebre.
Dilapidó otra ventaja en el desempate, con errores no forzados en los últimos tres puntos.
En su próximo compromiso, Williams se medirá con Aryna Sabalenka, quien derrotó a la estadounidense Ann Li por 6-3, 6-1.
Dentro de la rama masculina, Grigor Dimitrov (18vo preclasificado) avanzó gracias a que el español Pablo Carreño abandonó cuando perdía por 6-0, 1-0. En la sesión nocturna estaba previsto el encuentro del serbio Novak Djokovic, ocho veces campeón de Australia, ante el estadounidense Taylor Fritz.
AP