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Leyendas de Juegos Olímpicos: Nadia Comaneci, la gimnasta que logró la perfección
Sábado 23 de Noviembre de 2024

Leyendas de Juegos Olímpicos: Nadia Comaneci, la gimnasta que logró la perfección

Los Juegos Olímpicos de Montreal 1976 vieron nacer la perfección en la gimnasia con la actuación legendaria de la rumana Nadia Comaneci.

Comaneci, en su perfecta rutina de Montreal 76. (Foto: Reuters).
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Cuando Nadia Comaneci, a la edad de 14 años, terminó su rutina en las barras asimétricas en la gimnasia por equipos de los Juegos Olímpicos de Montreal 1976, el responsable del marcador no supo cómo mostrar los cuatro dígitos necesarios para la sorpresiva e insólita calificación de 10,00 que recibió la rumana, pues nunca había ocurrido algo semejante.

Esa calificación perfecta no fue la única, pues Comaneci consiguió seis más y conquistó tres medallas de oro y un reconocimiento mundial.

Fue así como comenzó una de las leyendas más grandes de los Juegos Olímpicos, la de Nadia Comaneci, quien se colgó otras dos medallas de oro en Moscú 1980 (en barra de equilibrio y en suelo), y dos más en Campeonato Mundial (1978 en barra de equilibrio y 1979 por equipos) y nueve oros en Europeos.

ORIGEN

Nadia Comaneci nació el 12 de noviembre de 1961 en Onesti, Rumania. A los ocho años, comenzó a competir en la gimnasia artística y apenas un año después se convirtió en la atleta más joven de la historia en ganar un campeonato nacional. 

Ganó su primer título internacional all-around en su primera competición internacional júnior, en 1971.

Su despegue fue espectacular y para 1976, Comaneci ya había ganado cuatro medallas de oro y una de plata en los Campeonatos de Europa de 1975; y un oro más en la competición ‘Champions All’ del mismo año.

Después ganó el all-around y el evento de viga de equilibrio en el test Olímpico de Montreal. Su gran rival por la gloria Olímpica era Nellie Kim, que finalizó por delante de ella en salto de potro, suelo y barras. Kim era otra estrella naciente de la Unión Soviética.

En la Copa de América, que tuvo lugar justo antes de los Juegos de Montreal, Comaneci recibió la puntuación de un 10 perfecto en su rutina de suelo. Era una señal de lo que vendría después.

Después de su hazaña en Montreal, Nadia Comaneci se convirtió en una estrella internacional. Y continuó siendo perfecta.

COMPLICACIONES

Tras su retiro, Comaneci asistió a los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984 como jueza, aunque no se le permitía salir de Rumania. En 1989 desertó a Estados Unidos, donde trabajó como entrenadora, empresaria y modelo.

Actualmente sigue involucrada en el deporte, pues Comaneci es presidenta honoraria de la Federación Rumana de Gimnasia, presidenta honoraria del Comité Olímpico Rumano y es miembro de la Fundación de la Federación Internacional de Gimnasia.

LEGADO

Comaneci siempre se ha mantenido como una referencia para otras gimnastas, después de cambiar su deporte para siempre. Las comparaciones no han sido pocas, y la actual reina de este deporte, Simone Biles, tiene mucho que agradecerle a la pionera. Incluso algunos de sus saltos se han comparado con los de la mexicana Alexa Moreno.

Hasta los Juegos Olímpicos de Sidney 2000, la primera ronda de gimnasia artística presentaba ejercicios obligatorios en los que cada competidora realizaba las mismas rutinas.

Muchos años antes, Comaneci no destacaba por algún elemento inventivo, sino por la forma en que realizó cada uno de los elementos prescritos.

"Todas tenían que hacer la misma rutina según las reglas", explicó Comaneci en una entrevista. "¿Qué significa ser mejor cuando todas hacen lo mismo? ¿Qué puedo añadir a eso? Yo lo llamo el toque de Nadia. Lo que hice fue dar más amplitud a cada elemento, para que se viera de libro, pero solo añadí ese poquito. Fue mi toque personal".

"Ni siquiera pensé en el resultado", expresa. "Me interesaba más no cometer errores porque los Juegos Olímpicos son cada cuatro años, solo tratar de concentrarme en lo que tengo que lograr en ese minuto y 20 segundos. Eso era lo único que tenía en la cabeza".

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Las innovadoras acrobacias y el estilo de Comaneci llevaron el deporte a nuevas alturas. Fue por eso que cuando obtuvo un 10, los marcadores utilizados en Montreal 1976 no se ajustaban a esa calificación perfecta, pues solo podían mostrar tres dígitos, lo que obligó a que las puntuaciones históricas de Comaneci se mostraran simplemente como 1,00.