Katie Ledecky llegó como la gran favorita para llevarse la medalla de oro en la prueba de los 1,500 metros estilo libre femenil y cumplió con el pronóstico al arrasar a sus rivales.
Es la primera vez que esta prueba se disputa en unos Juegos Olímpicos y Ledecky se convirtió en la primera reina, incluso, al establecer el récord olímpico con un tiempo de 15:35.35 en las semifinales.
Ledecky dominó la prueba a placer, desde el primer toque hasta el último lideró la competencia, dejando claro que no hay mejor nadadora en el mundo que ella en los 1,500 libres.
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Katie paró el cronómetro con un tiempo de 15:37.34 por abajo de su récord, pero suficiente para saborear el oro. La medalla de plata fue para su compatriota Erica Sullivan y el bronce para la alemana Sarah Kohler.
La estadounidense ganó su segunda medalla en Tokio, pues en la prueba de los 200 metros libres se quedó con la plata y todavía disputará la prueba de los 800 metros libres.