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Historias olímpicas: Raúl González, el andarín con pies de oro y alas de plata
Lunes 14 de Octubre de 2024

Historias olímpicas: Raúl González, el andarín con pies de oro y alas de plata

· El marchista Raúl González ganó el oro en la prueba de los 50 km y la plata en los 20 km, en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984.

Raúl González al entrar al Memorial Coliseum de Los Ángeles en los 50 km de marcha.
Escrito en DEPORTES el

Víctor Casarreal

El nombre de Raúl González Rodríguez tiene un lugar especial en el deporte mexicano. El marchista se dio baños de oro y plata en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984.

El día 3 de agosto se realizó la prueba de los 20 km de marcha, una competencia que sigue presente en la memoria de los mexicanos, pues Ernesto Canto y Raúl González hicieron el 1-2.

En esa prueba Raúl registró un tiempo de 1:23:20, sólo siete segundos por detrás de su compatriota Ernesto, quienes al cruzar la meta se abrazaron y levantaron los brazos en señal de gloria. El tercer lugar fue para el italiano Maurizio Damilano.

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EL ORO EN SUS PIES

La medalla de plata conseguida en la prueba de los 20 km le dio alas a Raúl González para encarar la competencia más agotadora en los Juegos Olímpicos, los 50 km de marcha.

El día 11 de agosto Raúl González voló con sus pies dorados, no tuvo competencia, entró al estadio Memorial Coliseum de Los Ángeles sólo con su sombra detrás. El sol, que pegaba de lleno sobre la pista, le dio la bienvenida como un nuevo miembro del Olimpo.

El marchista mexicano recibió una gran ovación del público cuando cruzó la meta, se llevó las manos al rostro y no pudo evitar el llanto. La alegría fue la única que lo rebasó, pero ya cuando había ganado.

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Su tiempo de 3 horas 47 minutos y 26 segundos fue récord olímpico. Lo que a un capitalino le tomaría viajar a Acapulco en automóvil, él lo hizo a pie, con la sangre mexicana como el único combustible.

El sueco Bo Gustaffson, quien ganó la plata paró el reloj en 3:53:19, casi seis minutos después de González; mientras que el bronce se lo quedó el italiano Sandro Bellucci cronometrando 3:53:45.

Raúl González le enchinó la piel a todo México cuando en lo más alto del podio se escuchó el Himno Nacional y se consagró como la figura del país en esa edición de los Juegos Olímpicos con sus dos medallas.