Miles de banderas se agitaron con un ritmo frenético para acompañar un grito contenido durante una década, un rugido espectacular como el golazo más emblemático de la historia de la rivalidad entre Pumas y América: el 'Tucazo', que este martes cumple 30 años.
El Estadio Olímpico Universitario fue sede del partido de vuelta de la Final de la temporada 1990-91 aquel 22 de junio. Pumas, superlíder, enfrentaba por tercera ocasión al América en una Final, el 'villano' que le había ganado las dos anteriores. Y también había ganado el partido de ida, 3-2 en el Estadio Azteca. Pumas tenía la ventaja del gol de visitante que aplicaba como criterio de desempate en ese torneo, por lo que bastaría empatar el global para coronarse y levantar su tercer título de Liga.
La temporada fue muy especial para el gran protagonista del ‘Tucazo’, Ricardo Ferretti, un veterano que era el último sobreviviente del equipo de Pumas que ganó la Final 10 años atrás a Cruz Azul. Antes de comenzar el torneo, el Tuca había tomado la decisión de retirarse como jugador y de hecho tenía la promesa de ser el auxiliar técnico de Miguel Mejía Barón.
Pero la decisión final del presidente del Patronato del Club Universidad, Guillermo Aguilar Álvarez, fue que el Tuca siguiera una temporada más como jugador. Esa decisión cambió la historia de los Pumas.
AÑO PERFECTO
El Tuca Ferretti y Pumas hicieron una temporada perfecta, con Luis García como flamante campeón goleador, con Jorge Campos como el portero-delantero que era toda una sensación, con liderazgo en la defensa de Nava y Ramírez Perales, con Claudio Suárez en funciones de lateral antes de convertirse en el mejor defensa central y jugador con más partidos disputados en la historia de la Selección Mexicana. Con Aspe, Vera y España en un medio campo irrepetible que completaba el 'técnico' en la cancha que representaba el 'Tuca' Ferretti.
Pocas debilidades tenían los Pumas. Pero enfrentarse al América en la Final solo traía amargura. El 3-2 de la ida dejó hasta cierto punto satisfecho a Miguel Mejía Barón, quien confiaba tanto en ganar el partido de vuelta que les regaló una medalla a todos los jugadores antes de saltar a la cancha para agradecer su esfuerzo y darles la confianza para ser campeones.
A diferencia del juego de ida, el partido de vuelta se definió con un tiro libre que la posteridad conoce como el 'Tucazo'.
LA JUGADA
Ricardo Ferretti intentó una pared antes de entrar al área del América y fue derribado. Decidido a cobrar la falta, el Tuca colocó el balón, cargado hacia la banda izquierda, y le dejaba un ángulo complicado para intentar un disparo directo, pero lo consiguió, con un golpeo de mucha potencia y tan bien colocado que la gran estirada del portero Adrián Chávez solo lo hizo más espectacular. Pudo influir muy poco, pero en las repeticiones de televisión se aprecia que Juan Carlos Vera se coloca junto a la barrera del América con la intención de bloquear la vista de Chávez, y antes de que dispare el Tuca se mueve hacia atrás para dejar pasar el balón.
En esa época todavía se permitían las banderas en las tribunas, así que el festejo dejó una postal muy colorida, acompañada del rugido ensordecedor del Estadio Olímpico, pero al tratarse del América, los Pumas sabían que no podían sentirse campeones hasta que llegara el silbatazo final.
DRAMA
Y fueron más de 80 minutos de tensión, de jugadas de peligro en ambas porterías, pero ninguno atinaba a hacer un gol. Pumas tuvo muy buenas opciones, pero no pudo ampliar su ventaja, mientras el América acechó hasta la última jugada. Fue una dramática llegada por la banda izquierda de Guillermo Naranjo, quien envió un centro retrasado que remató Alex Domínguez. La sangre de todos los Pumas se heló por unos segundos, parecían eternos, pero al ver que Jorge Campos atajó casi sobre la línea, volvieron a respirar, porque instantes después Arturo Brizio decretó el final y el equipo de la UNAM pudo celebrar su tercer título de Liga.
El Tuca al fin pudo retirarse, pero increíblemente no se dio un descanso. Asumió la dirección técnica de Pumas unos meses después, a partir de la siguiente temporada. A 30 años de distancia del ‘Tucazo’ con Pumas, Ferretti es el único entrenador presente en todos los torneos de la Liga MX.