Con un doblete, Vinícius Júnior respondió a los abucheos, que no insultos, de la afición del Valencia, en el empate 2-2 del Real Madrid en Mestalla, un partido que terminó con una gran polémica por la última jugada, en la que el árbitro pitó el final un segundo antes de que Bellingham anotara el que debió ser el 2-3, por lo que el gol no valió.

Vinícius Júnior fue el gran protagonista, para bien y para mal, de la visita del Real Madrid a Mestalla, donde el año pasado sufrió insultos racistas de los aficionados del Valencia.

Aunque en esta nueva visita todas las miradas se concentraban en los probables insultos al brasileño, la afición del Valencia prefirió enfocarse en las protestas contra el actual dueño del club, Peter Lim, así como en el homenaje a las víctimas del incendio que cobró la vida de cuatro personas hace dos semanas.

A Vinícius lo recibieron con abucheos, pero nada para que el brasileño se quejara de un mal trato. Ya con el balón rodando, el Valencia fue mejor en el primer tiempo.

PARTIDO

El Valencia se fue adelante en dos jugadas donde la defensa merengue falló, principalmente en la segunda. Primero anotó Hugo Duro en el minuto 27, con un remate de cabeza. Y luego fue Roman Yaremchuk en el miniuto 30 quien hizo el 2-0, al aprovechar un error de Dani Carvajal.

Pero Vinícius apareció cuando más lo necesitaba el Real Madrid y marcó el 2-1 antes del descanso, y lo celebró con un polémico festejo, al levantar el puño y mostrarlo directamente a la tribuna de Mestalla. La reprobación fue total, pero el juego continuó.

El segundo tiempo bajó en intensidad, pero en la recta final Vinícius anotó el empate con un cabezazo que se revisó en el VAR por un probable fuera de lugar. 

La tribuna de Mestalla hervía por la provocación de Vinícius en sus festejos, pero el brasileño esta vez se dedicó más a jugar que a atender los reclamos de la tribuna.

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El final del partido fue dramático, primero por una escalofriante lesión de Mouctar Diakhaby y luego por un penalti que no se marcó a favor del Valencia tras revisarse en el VAR.

Al final, el empate 2-2 dejó mal sabor al Real Madrid, ya que Bellingham anotó un segundo después de que el árbitro pitó el final y se llevó una fuerte protesta de los visitantes, pues fue insólita su decisión.