EFE.- La buena racha del Monza creció en el estadio Arechi de Salerno donde aprovechó la fragilidad local y venció 0-2 al Salernitana, colista de la Serie A, pese a los intentos infructuosos del portero mexicano Memo Ochoa para evitar su decimoséptima derrota de la temporada.

Tras caer ante el Empoli hace seis partidos no ha vuelto a perder el Monza de Raffaele Palladino que cuenta ya con tres victorias y dos empates desde entonces.

Todo lo contrario que el Salernitana de Ochoa, que con la sufrida ante el Monza tiene siete derrotas y un empate en sus ocho recientes compromisos.

DECISIVO

Aún así, el duelo estuvo abierto hasta el final. Fue en el último cuarto de hora cuando se desequilibró a favor del Monza que abrieron el marcador en el minuto 78 por medio de Daniel Maldini, hijo del legendario Paolo Maldini, que culminó una pared con Roberto Gagliardini y batió al portero mexicano del Salernitana, Memo Ochoa.

Sentenció el partido el Monza cinco minutos después, cuando el cuadro de Fabio Liverani estaba volcado en busca del empate.

En una transición rápida, el bosnio Milan Djuric alargó con la cabeza un balón que cayó a Matteo Pessina, con espacio, con metros.

Se plantó delante el portero Ochoa, adelantado, y culminó la acción con una estupenda finalización. El balón elevado, fuera del alcance, que llegó hasta la red.

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El triunfo sitúa al Monza undécimo, a cinco puntos de Europa. El Salernitana, colista, ve lejos, a siete, la salvación.