El Fluminense entró este sábado a los libros de la historia del futbol sudamericano al ganar su primera Copa Libertadores, luego de derrotar 2-1 en tiempo extra a Boca Juniors en el mítico Maracaná.
Boca no se encontró cómodo en ningún momento, pero apostaba a buscar un contragolpe, sin mucha suerte, ya que Merentiel mandó su disparo a las manos del portero Fábio en el minuto 15.
Fluminense abrió el marcador en el minuto 36, cuando una jugada buen armada por la banda derecha llevó a un centro de Keno, preciso al punto de penalti, donde Germán Cano disparó de media vuelta y coló el balón cerca del poste izquierdo de la portería de de Boca.
En el arranque del segundo tiempo, el defensa Felipe Melo salió lesionado, una dura baja para Fluminense, que esperaba toda la artillería de Boca para buscar el empate.
El juego ríspido de mucho contacto que caracteriza el futbol sudamericano se impuso y aumentaba conforme avanzaba el reloj, con Boca desesperado ante la imposibilidad de acercarse a la portería de Fluminense, que a su vez apostaba a concretar un contragolpe.
EMPATE
El Estadio de Maracaná y todo Río de Janeiro estaban listos para iniciar un festejo, saboreando la conquista de su primera Copa Libertadores, evitando la séptima del histórico Boca Juniors.
Pero Luis Advíncula tenía mucho que decir. En el minuto 72, el peruano tomó el balón desde la derecha, se acercó al centro y desde fuera del área sacó un tiro perfectamente colocado junto al poste izquierdo de Fábio, una jugada que se tuvo que revisar en el VAR por un probable fuera de lugar, que finalmente no existió. Empate 1-1 y volvía el aroma a ‘Maracanazo’.
Merentiel tuvo una gran oportunidad de anotar en el 88, pero su disparo, muy lejano, pasó por un lado de la portería brasileña.
TIEMPOS EXTRA
La prórroga se presagiaba llena de intensidad y dramatismo… Y así fue.
Los locales reromaron la ventaja al 99′ con un ‘cañonazo’ de John Kennedy desde la medialuna que dejó sin posibilidades a Romero, aunque el brasileño se fue expulsado tras el festejo y ver la doble amarilla.
Boca tenía un hombre de más para ir por un nuevo empate y forzar a penaltis, pero en un ataque en el que reclamaron penalti y que derivó en una bronca, Fabra ‘descontó’ a un rival y también se fue a las regaderas antes de tiempo.
Guga tuvo el tanto de la sentencia al 114′, pero el palo salvó a Romero y los suyos.
Boca encimó, terminó en el área rival, pero no tuvo la contundencia para cambiar la historia y ganar su séptimo cetro continental.
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