AP.- Vergonzoso. Ese fue uno de los calificativos que resumen el desconcierto en Chile tras la decisión de la FIFA de excluirle del grupo de países sudamericanos que recibirán los partidos inaugurales de la Copa Mundial de 2030.
En forma inesperada, la FIFA y la CONMEBOL \u2014 el ente rector del fútbol sudamericano \u2014 anunciaron el miércoles que Uruguay, Argentina y Paraguay serán los tres países donde se disputarán los partidos del torneo en que se conmemorará el centenario del torneo.
Chile, el cuarto postulante dentro de una candidatura conjunta del Cono Sur, quedó marginado.
Las reacciones de estupor y sorpresa fueron inmediatas en Chile.
El presidente Gabriel Boric fue uno de muchos que expresaron su malestar por la exclusión de Chile.
"Lamento que haya instituciones que funcionen de manera poco seria y sorpresiva. Vamos a hacer valer todos los derechos que le correspondan a Chile, porque con la integridad nacional y con el nombre de Chile no se juega", dijo Boric la noche del miércoles durante una gira en la ciudad norteña de Coquimbo.
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El mandatario enfatizó que el que el país quedará fuera de la repartición de partidos del Mundial 2030 no se debe a "alguna negligencia del gobierno".
Las reacciones adversas arreciaron el jueves.
"No se me ocurre una forma de compensar este desaire. El daño hacia el país es enorme", comentó Ricardo Abumohor, el expresidente de la Asociación del Fútbol Profesional de Chile (ANFP). "Lo que pasó es una verg\u00fcenza, pero nosotros no hemos entendido que al futbol chileno hay que reformularlo para que este tipo de cosas no vuelva a ocurrir".
Al referirse a la ausencia de Chile, el presidente de la CONMEBOL, Alejandro Domínguez, se limitó a decir que no formó parte del acuerdo y que la FIFA tuvo la última palabra.
Se trata de un inédito torneo que abarca seis países y tres continentes.
Uruguay, Argentina y Paraguay albergarán los primeros tres partidos de un Mundial con 48 equipos, que luego se trasladará a España y Portugal por Europa y Marruecos por África. También quedó definido que el estadio Centenario de Montevideo, donde se jugó la primera final del Mundial 1930, será escenario de la ceremonia inaugural y el primer partido en 2030.
"En esta oportunidad no está Chile, lo que no quiere decir que no trabajemos para que esté. Pero la decisión la toma FIFA", dijo Domínguez el miércoles.
Al reaccionar el mismo día en Santiago, el actual presidente de la federación chilena, Pablo Milad, detalló la explicación de los criterios que recibió: "Me dijeron lo siguiente: Montevideo por derecho propio, por haber sido el primer Mundial de 1930. Argentina por ser el campeón actual y Paraguay por ser la sede de CONMEBOL".
Unas 24 horas después, Milad comentó que "todos sabemos lo que pasó y dicen que las penas del futbol se tienen que pasar con fútbol, así que a seguir trabajando con la frente en alto, con la misma fuerza y la misma convicción".
La sorpresa fue generalizada y hasta Sergio Massa, ministro de Economía de Argentina y candidato presidencial, opinó sobre el tema. A una consulta de The Associated Press en Buenos Aires, Massa señaló que entiende que la marginación de Chile como país sede del Mundial 2030 "no es un tema de países, sino más bien de confederaciones".
"Entiendo que en algún punto el clima de relación entre la confederación y el gobierno "puede haberle jugado una mala pasada para que Chile se aparte", dijo Massa sin entrar en detalles.
Michael Boys, el jefe de Juntos 2030, la entidad que impulsaba la candidatura conjunta de Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay, indicó que Chile quedó fuera debido al cambio de formato que decidió la FIFA.
“No es que Chile haya sido excluido, no hay una calificación positiva ni negativa respecto de Chile", insistió.