EFE.- Por primera vez desde 1962, en el Mundial de Chile, la selección de Hungría pudo vencer (1-0) a la de Inglaterra, incapaz de imponer el talento individual de sus jugadores al orden impecable del cuadro magiar, que fue apoyada por miles de niños que entraron gratis para 'eludir' la sanción de jugar a puerta cerrada que pesaba sobre los locales.
Desde aquel Mundial, que Hungría afrontó con opciones de triunfar aunque se estancó en cuartos, Inglaterra siempre fue mejor. Quince partidos entre ambas que siempre terminaban con un marcador favorable para la selección de los tres leones, vigente subcampeona europea.
Inglaterra se dejó su buena racha en la Arena Ferenc Puskás de Budapest, donde arrolló en su última visita, en septiembre pasado. Llevaba el conjunto de Gareth Southgate cuatro victorias seguidas y acudió al estreno de la Liga de Naciones con veintidós partidos consecutivos invicto, a excepción de la final de la Eurocopa, en la que perdió por penaltis.
Todo ello se enterró en la puesta en escena de la competición, que premió el atrevimiento de Hungría ante un rival superior con un gol de penalti en el tramo final.
SORPRESA
Tras un primer tiempo con opciones, Inglaterra sufrió un mazazo con una falta dentro del área de James a Zsolt Nagy que se castigó con un penalti que transformó Dominik Szoboszlai.
Acarició el empate en una acción a balón parado el equipo inglés. Lanzó Reece James y cabeceó Conor Coady y rozó el palo derecho de Gulacsi.
El partido pudo quedar cerrado en la mejor ocasión del encuentro. La tuvo el conjunto de Rossi en otra contra que pilló desorganizada a Inglaterra. Laszlo Kleinheisler recibió el balón en la derecha, enfiló la portería inglesa y su disparo lo desvió Pickford. Le cayó el rechace a Andras Schafer, solo, sin nadie al lado, con la portería delante y el meta en el suelo. Tiró horrible. Alto, muy alto. Así, Hungría venció por primera vez a Inglaterra desde 1962, ante la alegría de los miles de niños que entraron gratis para presenciar el 1-0 histórico.